Adrián Villegas Director Instituto de Educación y Lenguaje Universidad de Las Américas
Esta nueva conmemoración del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, evidencia una sociedad altamente hiperconectada. Según datos de la UNESCO, el 82% de la población mundial tiene acceso a Internet, tecnologia que ha reformulado la forma en que accedemos a la información, cómo nos comunicamos y también cómo aprendemos. Sin embargo, esta serie de posibilidades no es igual para todos, dada la amplia brecha que se observa en el mundo occidental urbano y sus zonas rurales y de más bajo ingresos o continentes como África con limitado o nulo acceso a la conectividad, realidad que afecta la posibilidad de educación, limitando así las oportunidades de desarrollo.
Internet es hoy en día la piedra angular de las telecomunicaciones. La red nos mantiene contactados, situación que permite la construcción de una sociedad inclusiva. Por lo mismo, es de vital importancia que todas las comunidades puedan contar con igualdad en su acceso.
El concepto de sociedad de la información tiene su foco en el acceso masivo a esta misma. Sin embargo, desde el inicio de este siglo, la preocupación ya no es el acceso, sino el tratamiento de la información, donde el sistema educativo es un actor clave en la generación de competencias que permitan aprovechar estas herramientas y convertirlas en conocimiento.
Actualmente, estamos insertos en una sociedad hiperconectada, con una incipiente revolución a partir de la masificación de la IA y con foco en el aprendizaje. Al ser flexible, significa que se puede dar en cualquier lugar y momento, tanto por mecanismos formales como informales. Esto nos lleva atender nuevos desafíos, entre ellos, enfrentar las llamadas “fake news”, o estar atentos a los nuevos peligros que se dan en la red, por ejemplo, el ciberacoso, la suplantación de identidad, entre otros.
Frente a estas realidades digitales la educación y los docentes juegan un papel fundamental, ya que, desde su rol tanto ético y formativo, pueden generar capacidades para ir atendiendo los desafíos mencionados anteriormente, y así aprovechar sin mayores peligros y de forma igualitaria, el conjunto de oportunidades que nos ofrece esta nueva era de desarrollo del ser humano.