Académicas de UTalca se adjudican recursos para proyectos de investigación e innovación de base científica tecnológica

7 octubre, 2020

–          Investigadoras de escuelas de Medicina y Diseño y de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, lideran iniciativas financiadas por Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). 

Dos iniciativas que buscan mejorar la salud de la población en Chile y un proyecto que medirá la brecha salarial en empresas chilenas fueron seleccionados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), entregando un financiamiento de 286.500.000 millones de pesos para la ejecución de los proyectos liderados por académicas de las escuelas de Medicina y Diseño, y de la Facultad de Economía y Negocios, del Campus Santiago de la Universidad de Talca.

“Como institución, estamos contentos con el trabajo realizado por las académicas junto a sus equipos de trabajo, ya que las propuestas fueron adjudicadas en concursos nacionales bastante competitivos. Por esta razón, celebramos la aprobación de estas investigaciones científico-tecnológicas que contribuirán al mejoramiento de la calidad de vida de las personas, promoviendo la colaboración entre instituciones de investigación y otras entidades en la realización de proyectos de investigación aplicada, transferencia de tecnologías y desarrollo tecnológico con impacto tanto a nivel global como local”, destacó el vicerrector de Innovación y Transferencia Tecnológica, Pablo Villalobos.

Depresión

Chile es uno de los países cuya población presenta un mayor número de síntomas depresivos en todo el mundo. La última Encuesta Nacional de Salud, de 2017, situó la cifra en un 15,8%; y un informe del Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social (COES), publicado el 2019, elevó esa cifra hasta el 18,3%.

La depresión es una enfermedad altamente prevalente, crónica y discapacitante. Por esta razón, hace más de una década, Chile incorporó la cobertura asistencial, subsidiada con Garantías Explícitas en Salud (GES), entregando acceso a los tratamientos a través de la guía clínica creada por el Ministerio de Salud. Sin embargo, el problema se presenta al estudiar que entre un 40% y 50% de los pacientes de la Atención Primaria de Salud, persisten sintomáticos al año de tratamiento, debido a que la guía clínica vigente desde el año 2013 basa sus recomendaciones en la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10, donde se identifica la depresión unipolar como una enfermedad única.

Pero, la evidencia clínica y neurobiológica es contundente con respecto a que la depresión es una enfermedad heterogénea, con pronósticos y tratamientos diferenciados farmacológico y psicológico diferenciados. Además, la evidencia demuestra que los cuadros depresivos no tratados oportunamente tienen más riesgo de evolucionar a cuadros más graves o a cuadros recurrentes.

Por esta razón, la especialista y académica de la Escuela de Medicina, Verónica Vitriol, con el respaldo del Servicio de Salud del Maule propone diseñar e implementar un modelo colaborativo multidimensional para mejorar los resultados del tratamiento de la depresión en atención primaria en la Región del Maule, siendo más eficaz en la mejoría de los síntomas depresivos, en los síntomas de ansiedad, en la regulación emocional, en el manejo de dificultades interpersonales y rol social, y en la adherencia de los pacientes ingresados a tratamiento por depresión.

“Es un nuevo modelo de comprender la depresión, el cual aborda aspectos o dimensiones que no están incorporadas en la guía clínica actual. El mismo equipo que realizará esta investigación ha venido trabajando en la importancia de los antecedentes traumáticos en los pacientes con depresión en la atención primaria, y hay varios estudios que muestran que sobre un 80% de los pacientes que consultan por depresión en la Región del Maule tienen al menos un antecedente de experiencias infantiles adversas, violencia doméstica u otros eventos vitales recientes. Estos resultados ratifican la necesidad de incorporar al tratamiento normativo de la depresión competencias clínicas para el adecuado manejo de variables clínicas y funcionales, desde una perspectiva multidimensional”, explicó la especialista en Psiquiatría en salud mental.

Brechas de género

Por otra parte, la académica de la Facultad de Economía y Negocios del Campus Santiago, Andrea Bentancor, lidera un proyecto de investigación científica y tecnológica necesario y de interés público, para reducir la brecha salarial en Chile, que se sitúa en torno a 20%.

La iniciativa, presentada junto a investigadores de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuenta con el patrocinio de la Embajada de Suiza y de la Cámara Chileno-Suiza de Comercio para adaptar una herramienta suiza de auto-evaluación de la brecha salarial en empresas. Este modelo econométrico busca crear diferentes prototipos que permitan entregar datos fidedignos en torno a las diferencias de las remuneraciones entre género, tanto en el ámbito público como privado.

“Primero aprenderemos de la experiencia suiza, de las dificultades y oportunidades que enfrentaron en el proceso piloto y de implementación masiva. Luego la adaptaremos a Chile, en el sentido que hay una legislación diferente y componentes salariales que no tienen por qué ser exactamente los mismos para los suizos. Se creará un código para el cálculo de la brecha, controlado por las características que se miden en Chile. Esta es la primera parte de un proyecto grande, que incluirá cápsulas audiovisuales con testimonios y recomendaciones, tutoriales y cursos e-learning- creados para sensibilizar y generar capacidades en la población y en las organizaciones chilenas. La idea es generar prototipos, éstos serán testeados. Al finalizar los dos años el objetivo es concursar para una segunda etapa, en donde los modelos se masificarían”, explicó Bentancor.

 

Discapacidad visual

Por otra parte, la académica de la Escuela de Diseño, Silvana Herrera, trabaja en el desarrollo de un dispositivo sonar que facilita el desplazamiento de personas con discapacidad visual, ofreciendo una innovadora alternativa si se compara con el tradicional bastón que muchos usan como guía actualmente.

A través del X Concurso de Valorización de la Investigación en la Universidad 2020, la diseñadora se adjudicó 26 millones de pesos para mejorar el prototipo actual “MOV”, el cual funciona gracias a una serie de sensores ultrasónicos que facilitan a quien lo usa percibir cuerpos u objetos que se encuentran cerca, a través de vibraciones.

“Los sensores electrónicos hacen el mapeo y mandan la información a un microcontrolador, que a su vez da una respuesta a través de vibraciones. Con esto se pueden percibir objetos a diferentes distancias, lo que facilita a la persona saber si hay obstáculos en su camino y así desplazarse sin el bastón. Mientras más cerca el objeto, la vibración es mayor. Queremos que sea una ayuda técnica para las personas que se sientan independientes, no se sientan estigmatizados, sino que vean en él un apoyo, algo contemporáneo, que sea como andar con un celular o un reloj inteligente. Es una tecnología validada y queremos avanzar en a una próxima etapa donde exista un prototipo funcional que se lance al mercado”, precisó.

La profesora Herrera señaló que el mayor valor del aparato radica en que permite a las personas tener sus manos disponibles para realizar otras acciones, sin interrumpir su percepción háptica -como se denomina a la capacidad de “leer” el mundo a través de sus otros sentidos, en especial, el táctil-, además con un impacto directo sobre su salud.

El prototipo actual fue probado en una persona con ceguera total para validar su funcionamiento, incluyendo las indicaciones de uso en Braille en el mismo dispositivo. Durante la ejecución del proyecto, la diseñadora junto a un equipo de profesionales realizarán nuevas pruebas para escalar el diseño y desarrollar una empresa con base tecnológica, para continuar el desarrollo de “Mov” y avanzar hacia un producto final.

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