Análisis del 18 de octubre: “Se han generado brechas significativas entre los diversos sectores sociales”

19 octubre, 2022

A tres años de denominado “Estallido Social”, el Dr. Enrique Muñoz Reyes, académico del Departamento de Formación Inicial Docente de Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule, compartió en entrevista su visión sobre lo ocurrido en 2019 cuando miles de chilenos salieron a las calles exigiendo cambios sociales. 

¿Por qué cree que miles de chilenos salieron a protestar de forma simultánea?

Existen múltiples causas que pueden explicar el estallido social que se manifestó desde el 18 de octubre de 2019. Las causas van más allá del alza del precio del pasaje en metro y del aumento de la tarifa del servicio de luz eléctrica. Existe una crisis estructural de larga duración. En las últimas décadas los gobiernos que han dirigido al Estado en Chile, no han resuelto problemas que afectan a la mayoría de la población, los que tienen su génesis antes del retorno a la democracia.

¿Cuáles son los problemas de larga duración que afectan a la población y que no han sido resueltos?

En Chile existe una desigual distribución del ingreso entre los chilenos y las chilenas, por tanto, se han generado brechas significativas entre los diversos sectores sociales. El sistema de Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) no entrega una pensión que permita vivir con dignidad a los jubilados. Los ingresos no alcanzan a las familias para satisfacer adecuadamente sus necesidades básicas. Sumado a esto, el sistema público de salud no logra cubrir la alta demanda de atención médica. Por otro lado, los chilenos y chilenas han sufrido con impotencia la colusión en los precios de los medicamentos por parte de las grandes cadenas de farmacias. Además, las empresas productoras y vendedoras de papel higiénico se coludieron en el precio de este producto de uso básico.

Por otra parte, instituciones del Estado, como Carabineros de Chile y el Ejército, se han visto afectadas por actos de corrupción por parte del alto mando, lo que está siendo juzgado por los tribunales. Los ciudadanos perciben que gran parte de la clase política está desvinculada de sus problemas y necesidades cotidianas. Además, ha habido graves casos de corrupción y de financiamiento ilegal de la política, que dañaron la credibilidad pública de diversos actores, por ejemplo, en los casos MOP-Gate, Soquimich, etc.

Por otro lado, existen problemas medio-ambientales tan relevantes como, por ejemplo, la sequía, y el calentamiento global, en conjunto con la privatización de recursos naturales, como es el caso del litio.

 ¿Ha pasado algo similar en otro momento de la historia de Chile?

Al final del primer gobierno de Carlos Ibáñez del Campo hubo protestas sociales como consecuencia de la crisis económica que afectó a Chile, debido a la abrupta disminución de la exportación de salitre, el cierre de oficinas en el Norte, el desplazamiento de mineros cesantes hacia el centro del país, etc. como consecuencia de la profunda crisis económica que surgió en la Bolsa de Nueva York afectando a Estados Unidos y al resto del mundo. Dichas protestas hicieron que el Presidente Ibáñez renunciara.

Otro ejemplo es el de las protestas nacionales ocurridas entre el año 1983 y año 1986, en las cuales la población se manifestó por un cambio de régimen político. Luego en el año 1987 el Papa Juan Pablo II visitó Chile. Al año siguiente, se realizó el plebiscito el 5 de octubre de 1988 en que triunfó la opción “No” lo que llevó a la realización de elecciones en 1989 y el retorno al sistema democrático desde marzo de 1990

¿Cree que la pandemia sirvió para detener la violencia en las calles y las movilizaciones?

Evidentemente la pandemia que afectó a Chile en 2020 influyó en detener las movilizaciones y la violencia, aunque estas habían bajado en volumen e intensidad desde diciembre de 2019 y claramente en enero de 2020.

El 18 de octubre y los días siguientes del año 2019, la ciudadanía se manifestó por un cambio estructural que llevó el 15 de noviembre de 2019 a un grupo de parlamentarios a plantear una consulta a la ciudadanía, mediante un plebiscito, para aprobar o rechazar un cambio de Constitución, y el mecanismo para elaborarla. En el plebiscito del 25 de octubre de 2020 triunfó la opción apruebo junto con el mecanismo de convención constitucional. La ciudadanía eligió a 155 convencionales, quienes redactaron un proyecto de Nueva Constitución, el cual fue rechazado en el plebiscito de “salida” del pasado 4 de septiembre. Por tanto, queda como tarea pendiente definir un mecanismo y un plazo que garantice que se elabore una nueva Carta Fundamental orientada al bien común y a la justicia social, teniendo como finalidad el respeto a la persona humana con sus derechos y deberes. Para esto se requiere una base ética acordada y respaldada por la mayoría de la ciudadanía.

En Chile requiere establecer un nuevo pacto social entre gobernantes y gobernados, una nueva constitución que responda a los cambios y desafíos sociales, culturales, económicos y tecnológicos que existen en el siglo XXI, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de todos los chilenos. Chile con su maravillosa riqueza humana, cultural y natural, merece un futuro mejor.

“Las opiniones vertidas en la presente entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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