Diputado Bellolio (UDI) valora determinación del TC por objeción de conciencia y afirma que ninguna prestación de las tres causales está en riesgo

6 diciembre, 2018

El diputado UDI e integrante de la Comisión de Salud, Jaime Bellolio, valoró la determinación del pleno del Tribunal Constitucional (TC) que declaró inconstitucional el reglamento de objeción de conciencia en el marco de la ley de aborto en tres causales.

«Es una muy buena noticia que el Tribunal Constitucional haya acogido favorablemente la presentación que hicimos diputados y senadores sobre la objeción de conciencia institucional. Por supuesto, que ahora van a venir algunos que van a decir que esto es un retroceso en el aborto en tres causales y eso es absolutamente falso porque ninguna prestación de las tres causales está en riesgo».

Asimismo, agregó que «lo único que estaba en riesgo, si se aplicaba lo que la Contraloría había hecho, era que la sociedad civil organizada con un ideario pudiera contribuir al bien público y en particular, quienes se venían más afectados con esto eran el Hospital Parroquial de San Bernardo, el Hospital de Panguipulli, es decir lugares que atienden a una población vulnerable y que por el hecho de tener un ideario, en que obviamente iban a ser objeción para no hacer abortos, les estábamos diciendo usted no puede ni siquiera atender un parto. Eso es lo que ha cambiado y en ningún caso esto ha cambiado la Ley de Aborto en tres causales, sino que lo que cambia -de forma profunda- es que pueden existir instituciones que presten un servicio público y que al mismo tiempo, tengan un ideario conforme a la Ley y es una muy buena noticia que el TC acogiera esta presentación y vamos a esperar que salga el fallo para estudiarlo en detalle».

Cabe señalar, que por ocho votos contra dos, los ministros del TC optaron por acoger el requerimiento presentado por diputados y senadores de Chile Vamos para que se declarara inconstitucional el citado reglamento, argumentando que ninguna ley puede disponer de las personas como un medio, forzándolas a enajenar sus propias convicciones a través de la imposición de determinadas conductas.

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