Esclerosis Múltiple ¡Tratamiento personalizado!

31 mayo, 2018

Todo comenzó como un cansancio excesivo, luego vino la visión doble y también borrosa. Con el paso de los días llegaron los síntomas de brazos o piernas dormidas… Tras acudir a varios especialistas y recibir diversas prescripciones, un neurólogo diagnosticó: Esclerosis Múltiple. Este es un ejemplo de los síntomas que una persona puede sentir al iniciarse esta enfermedad crónica, inflamatoria y degenerativa que afecta al sistema nervioso central.

La edad de inicio de esta enfermedad es en su mayoría es entre los 20 y 40 años, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombre. En el mundo existen más de 2,6 millones de pacientes; en Chile, se estima que serían aproximadamente unos 2.500 afectados, de acuerdo a las cifras de la Corporación de Esclerosis Múltiple en Chile.

“Por un mal funcionamiento del sistema inmune, encargado de proteger a nuestro organismo de agentes dañinos, son las propias células inmunitarias las que atacan y destruyen la mielina (sustancia compuesta de proteínas y grasas que recubre las fibras nerviosas y favorece la transmisión de los impulsos nerviosos) del cerebro y medula espinal. Este daño genera inflamación y deriva en una alteración de la conducción nerviosa, produciéndose distintos trastornos neurológicos. Estos síntomas dependen de la zona afectada y pueden durar días, semanas e incluso meses, y en la medida que avanza la enfermedad causar discapacidad permanente”, señala la doctora y docente, Giesela Hornung, neuróloga especialista en esclerosis múltiple, quien es parte de la unidad de Esclerosis múltiple de Clínica las Condes.

La Esclerosis Múltiple se presenta en la mayoría de los casos como “brotes o recaídas”, donde aparecen los síntomas durante un período limitado de tiempo, luego de lo cual los síntomas mejoran o desaparecen por completo. Esta manifestación “intermitente” se debe a que, luego de un brote, la inflamación cede y la mielina puede recuperarse tras el daño, sin embargo se forman placas llamadas “esclerosantes” en el tejido nervioso, lo que le da el nombre a esta enfermedad. Entre los síntomas más frecuentes destacan los trastornos visuales, debilidad, fatiga, pérdida de sensibilidad u hormigueo, y problemas de equilibrio.

Tratamientos para una vida normal

“Los pacientes pueden acceder a una variada gama de medicamentos para frenar la actividad inflamatoria del sistema nervioso central y así disminuir la aparición de los brotes, de manera que pueda continuar con una vida normal en muchos casos y a la vez mejorar el pronóstico de la enfermedad. Estos medicamentos se conocen como ‘tratamiento modificador de la enfermedad’”, afirma la Dra. Hornung, y reitera que “lo esencial de un tratamiento es el caso a caso, dependiendo de los síntomas de la enfermedad, la frecuencia de los brotes, el grado de recuperación de cada brote, la edad del paciente, el deseo de embarazo entre otros ”.

El perfil más habitual del paciente que recibe un diagnóstico de Esclerosis Múltiple es el de mujeres de entre 20 y 30 años de edad, es decir, mujeres en edad fértil. Durante el embarazo la indicación es suspender el tratamiento por lo tanto, lo ideal es planificar el embarazo y con el apoyo del médico tratante definir cuál es el mejor momento para dicha suspensión. Sin embargo, de acuerdo a las características de la paciente y su enfermedad, el médico tratante puede optar, cuando el beneficio para la madre supere el riesgo para el feto, por mantener el tratamiento durante este período. En estos casos se debe optar preferiblemente por el tratamiento modificador de la enfermedad que no está contraindicado en embarazo, como es el caso del Acetato de Glatiramer. Para ello, la planificación con el médico tratante es imprescindible, explica la profesional.

Cabe recordar que la Esclerosis Múltiple está cubierta por las Garantías Explícitas en Salud (GES) y por la Ley Ricarte Soto.

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