Especialista aconseja cómo controlar las crisis sensoriales en personas con autismo durante año nuevo

31 diciembre, 2022

El director del centro de terapias Altruye, Darío Durán Arce, señala que existen algunas formas de anticipar y atenuar los traumas que generan los fuegos artificiales y el alboroto de fin de año en la población dentro del espectro autista.

El estruendo provocado por los fuegos artificiales durante los festejos de Año Nuevo impacta en la calidad de vida en miles de personas con hipersensibilidad aguda, como niños, adultos y mayores con autismo, además de provocar contaminación acústica y potenciales daños físicos como quemaduras y lesiones.

El director del Centro de terapia Altruye y experto en autismo Dario Durán Arce, entrega algunos consejos para controlar las llamadas crisis sensoriales que afectan a las personas con hipersensibilidad auditiva como los niños y personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que sufren silenciosamente, ya que son muy vulnerables a los ruidos.

“Muchos niños y personas con la condición del espectro autista tienen problemas de hipersensibilidad, visual, auditiva o táctil, lo que genera una respuesta inadecuada, o una hiper respuesta a un sonido, aunque sea muy pequeño puede afectar a alguien en particular. Por eso se habla del espectro autista, porque van a haber niños y personas a las que les afecte el exceso de ruido y a otras que no”, comentó.

Frente al uso de artículos pirotécnicos con estruendo, Darío Durán realizó algunas sugerencias para adoptar durante las celebraciones, con el objetivo de crear conciencia y fomentar algunas prácticas para evitar desregularizaciones o crisis en dichos momentos.

“Antes de enfrentarse a la noche de Año Nuevo, se puede trabajar la anticipación en especial con las llamadas historias sociales para explicar todo lo que ocurrirá con antelación, quiénes van a participar y qué efectos tendrá, especialmente en lo referido a la pirotecnia y alboroto que genera la llegada de la medianoche”.

El especialista aconsejó además que hay que contar con antelación con un lugar tranquilo llamado «espacio de la calma» que tenga las condiciones adecuadas para que la persona pueda permanecer cómoda y estable mientras dura el impacto. Y sólo si es necesario y la persona lo tolera por indicación de un terapeuta ocupacional, se pueden utilizar audífonos especiales para aislar el ruido.

“Lo primero es contarles a ellos de qué se trata el Año Nuevo, que van a venir familiares, que van a cenar y va haber fiesta, y que a las doce en punto van a disparar esa pirotecnia. Entonces cuando eso pase nos vamos a ir a un lugar de la casa llamado espacio de la calma, donde esté más cómodo, quizás en su habitación, su cama o un lugar alejado de los fuegos artificiales con la persona de mayor confianza, como la mamá o el papá. Si existiese indicación del terapeuta ocupacional quizás ponerle unos audífonos especiales que disminuyen el ruido, o lo aíslan”.

El director del Centro Altruye sabe que una intervención temprana y una terapia exitosa puede lograr muchos avances, por lo mismo ese es el propósito de los centros que dirige, en Ñuñoa y pronto en Talagante, teniendo como objetivo generar conciencia sobre la importancia de un sistema de terapias continuas para ver avances satisfactorios, en especial en niños de 2 a 13 años.

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