Estudio CChC aplicado en el Gran Santiago: 41% de los habitantes de 20 comunas con entornos urbanos críticos declaran que su barrio no es deseable para vivir producto de la inseguridad pública

7 julio, 2020
  • La principal razón de las personas para no querer vivir en sus actuales barrios está asociada a factores como la presencia recurrente de tráfico y consumo de drogas, peleas y delincuencia, entre otros.
  • El informe, además, entrega una radiografía respecto de los elementos físicos o atributos urbanos que resultan prioritarios, a juicio de los ciudadanos, para mejorar los entornos de sus barrios.

 

Santiago, 07 de julio 2020.- Una evidente inequidad urbana entre las distintas comunas del Gran Santiago arrojó el estudio “La ciudad a los ciudadanos”, elaborado por la CChC y que utilizó como base una encuesta de percepción ciudadana aplicada en las 20 comunas que concentran el mayor porcentaje de superficie y población con entornos urbanos en estado crítico. Este universo representa al 60% de la población total del Gran Santiago, es decir, 3,7 millones de habitantes, aproximadamente.

 

El estudio consideró la evaluación de 15 atributos urbanos físicos agrupados en las categorías de vía pública, esparcimiento y servicios, con el objetivo de determinar cuáles son las mejoras que los propios ciudadanos consideran urgentes de resolver para implementar en las políticas urbanas. De acuerdo a los datos levantados, el 53% de las personas determinó que los ámbitos prioritarios son: plazas y parques, centros de salud y centros de comercio. 

 

Ante los resultados arrojados por el sondeo, Patricio Donoso, presidente de la CChC destacó que “tan importante como aplicar políticas de vivienda es implementar políticas urbanas integrales, que nos permitan avanzar hacia un desarrollo de ciudades justas y equitativas, es decir que todos los habitantes, independiente de su nivel de ingreso, puedan vivir en lugares cercanos a sus actividades diarias y de calidad, con buenas condiciones del entorno”.

 

En referencia a las prioridades específicas que señalaron los encuestados, Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, explicó que “El actual contexto ha dejado en evidencia lo importante que resulta pensar la política urbana como una herramienta para acercar la ciudad a los ciudadanos, donde vive la mayor parte de los habitantes de la ciudad. Parte de los ámbitos priorizados recogen una demanda ciudadana por mejorar la calidad en el caso de áreas verdes y servicios de salud, además de mejorar la distribución en el caso de los servicios de comercio. Es justamente en este último caso donde las comunas evaluadas presentan mayores carencias, evidenciándose que, al considerar todos los grandes centros de comercio -supermercados, strip centers y malls- que existen a escala metropolitana, solo el 44% de ellos se localiza en estas 20 comunas, los que abastecen a casi dos tercios de la población metropolitana”.

 

Incidencia de la seguridad pública en el entorno urbano

En cuanto a la caracterización de aquellas condiciones situacionales del entorno que pueden impactar directamente a sus habitantes y, por ende, a los barrios en los que viven, el estudio identificó siete situaciones habituales que influyen en la percepción que los ciudadanos tienen de sus barrios. Estas son: la suciedad de calles y veredas, acumulación de desechos domiciliarios, rayados y grafitis, la presencia de plagas o animales abandonados, ruidos molestos, la contaminación por olores y la inseguridad pública. 

Los resultados revelaron que el factor de inseguridad pública es el ámbito más crítico para evaluar un barrio. En el caso de la población estudiada, un 94% de los entrevistados dijo verse expuesto a situaciones de inseguridad pública, “siempre” o “a veces”. Lo anterior, repercute tanto en la devaluación de los barrios, así como en la percepción de su deseabilidad. De hecho, los datos arrojaron que el 41% de los encuestados que viven en las 20 comunas con entornos urbanos críticos declararon que su barrio no era un lugar deseable para vivir, de los cuales, todos afirmaron tener problemas de inseguridad “siempre”.

Lo anterior toma mayor fuerza al evidenciar que, en otro indicador que se está desarrollando en conjunto con el Observatorio de Ciudad (UC), a nivel metropolitano, 90% de la población con mayor percepción de inseguridad se localiza justamente en esas 20 comunas evaluadas. “El estudio realizado nos demuestra claramente que los ciudadanos que viven en comunas con mayores carencias en su entorno urbano, también presentan mayores problemas de inseguridad pública, lo que no sólo disminuye la deseabilidad de vivir en ellas, sino que también la devaluación de estos sectores, dificultando el desafío de acercar la ciudad a los ciudadanos”, manifestó Hurtado.

Propuestas Cámara

De acuerdo a lo expresado por la CChC, resulta indispensable desarrollar políticas urbanas que mejoren las condiciones físicas del entorno de los sectores donde viven gran parte de los hogares de la ciudad, tanto en su calidad como en su distribución, revelando también la importancia de abordar la inseguridad pública como un problema multidimensional. Sin embargo, dado el actual contexto sanitario, es fundamental enfrentar la falta de acceso a la ciudad para entregar una mejora en la calidad de vida de los habitantes y, además, un importante impulso al empleo. 


El presidente del gremio, Patricio Donoso, señalo que “el actual contexto sanitario está impulsando la mayor contracción económica de los últimos 30 años. Es así que una prioridad fundamental de todos los agentes económicos y sociales será apuntalar la recuperación económica. Este enorme desafío abre una gran oportunidad de poder enfrentar la falta de acceso a la ciudad, en un ambiente de amplia y potente cooperación público privada, que permita mejorar la calidad de vida sobre el territorio junto con entregar un importante impulso al empleo”.

 

Respecto a propuestas concretas de acción, se propone:

1. En el corto plazo, es necesario definir criterios o estándares que permitan mejorar la calidad de los barrios y aplicarlos a través de programas del Estado, lo cuales se caracterizan por ser proyectos de rápida ejecución, con bajas barreras burocráticas y que, además, son intensivos en la generación de empleos; como lo son los proyectos de mejoramiento de equipamiento urbano del D.S27; y los proyectos vigentes de mejoramiento de infraestructura de salud (principalmente, salud primaria).

 

2. En el mediano plazo, es necesario reconocer condiciones que permitan mejorar la distribución de ciertos atributos y que contemplen proyectos que, dada su mayor escala, detonen procesos de mejoramiento urbano y generen mayor número de empleos, como lo son los proyectos asociados al programa de Recuperación de Barrios.

 

3. Por último, en el largo plazo, el esfuerzo debe enfocarse en identificar fórmulas que permitan abordar aquellas condiciones multifactoriales como la seguridad, e incorporarlas a un sistema de planificación urbana integrada que priorice como insumo clave la comprensión y la proyección de las demandas que se generan al interior de la ciudad. 

 

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