Tras viralizarse la imagen de un niño jugando en el balcón de un piso 21 en Estación Central, la experta en educación preescolar, Marigen Narea, hizo un enfático llamado a no quedarse en una respuesta de persecución a este tipo de lugares, sino que a atender la situación de las familias que recurren a ellos y trabajar en nuevos espacios de cuidado.
En esa línea, la investigadora del Centro de Justicia Educacional (CJE) explicó que existen al menos dos situaciones que generan que quienes tienen infantes a su cuidado deban recurrir a lugares informales de cuidado. Estos son “el horario y la poca flexibilidad que tenemos en salas cunas y jardines infantiles y también el déficit de educadoras de párvulos“ que impide lograr la cobertura total.
Ante esto, la académica recordó alternativas que se han manejado en otros países para ampliar la oferta formal de centros de desarrollo infantil temprano, ofreciendo servicios en el hogar de la persona que cuida o en espacios comunitarios: “Existen otros modelos posibles. Inglaterra y Francia lo ocupan de hace bastantes décadas, pero también en América Latina ha sido una forma importante de llegar a las familias que las necesitan, en Colombia con las madres comunitarias y en Uruguay hace muy pocos años el gobierno invirtió dinero, esfuerzo y diseño para lograr este tipo de cuidado informal monitoreado y de calidad para aquellas familias -más vulnerables por lo general- que lo necesitan”.
Finalmente, Marigen Narea llamó a que esta noticia sea gatillante “para hacernos cargo de esta necesidad urgente y pensemos creativamente cómo hacer para que la política pública llegue a un lugar invisibilizado compatibilizando las necesidades de los padres y el bienestar superior de niños y niñas”.
