La académica alertó que “llevamos más de 20 años midiendo con excesiva estandarización a las y los docentes de nuestro país, pero aún tenemos importantes inequidades”.
La gerenta e investigadora del Centro de Justicia Educacional UC, Valentina Riberi, valoró el despacho a ley del proyecto que suspende la obligatoriedad de la evaluación docente 2022 por la Cámara de Diputadas y Diputados y llamó a repensar esta medición y generar nuevas fórmulas de acompañamiento al profesorado.
El proyecto, aprobado este lunes con 101 votos a favor, extiende la voluntariedad del proceso de evaluación durante este año producto de la pandemia por Covid-19, al igual como ocurrió en 2020 y 2021.
En ese marco, la doctora en Educación indicó que “esto busca dar respuesta al estrés que han sufrido las comunidades escolares, en particular los y las docentes de aula del sector municipal, con el regreso a la presencialidad después de dos años de cuarentena, donde todas las comunidades escolares estuvieron alejadas”.
Asimismo, en vista de mejorar la calidad de la educación, llamó a repensar este instrumento y a generar nuevas fórmulas para acompañar a docentes tanto en formación como en ejercicio para evitar prácticas que generen exclusión en las aulas de clases: “Nos parece también un buen momento para repensar cómo la evaluación docente ha aportado en aras de la justicia educacional ya que llevamos más de 20 años midiendo con excesiva estandarización a las y los docentes de nuestro país, pero aún tenemos importantes inequidades de raza, género y etnia, que no hemos sido capaces de solucionar”.
Esto, explicó, considerando que el alumnado y la sociedad han cambiado sustancialmente en los últimos años, donde por ejemplo, según datos del Centro de Estudios del Ministerio de Educación, existen incrementos de la matrícula de estudiantes extranjeros en un 41,16% entre el 2018 y 2019 y en un 10,80% entre el 2019 y 2020.
Estas cifras, indica, “implican un cambio importante en toda la comunidad escolar”, considerando que “estos más de 160 mil estudiantes extranjeros (60 mil nuevos) plantean nuevos desafíos pedagógicos a los y las docentes del sector público, y analizar el cómo y para qué se medirá el desempeño educacional será crucial para abordar estos desafíos”.
“Hoy es momento de pensar otras formas de acompañar la formación de las y los docentes del país tanto en su formación inicial como durante todo su ejercicio”, finalizó Riberi.
