Llega el invierno, estación de bajas temperaturas, lluvias y una menor sensación térmica en todo el país. Por eso, el Dr. Ariel Díaz, académico de Ingeniería en Ejecución en Climatización de la Universidad de Santiago de Chile, recomienda una serie de resguardos mínimos que se deben tomar con el fin de prevenir el exponencial aumento de enfermedades estacionales.
En entrevista con el programa “Sin Pretexto”, de Radio U. de Santiago, el experto en climatización sugiere ventilar los distintos espacios de la vivienda, de manera paulatina y por horas, además de mantener ciertas temperaturas máximas de calefacción.
“Hay que tomar ciertos resguardos, no mínimos, sino que importantes dentro de la vivienda, sobre todo, pensando que como seres humanos necesitamos una temperatura de confort”, sostiene el académico.
Ventilación
La principal recomendación que sugiere el Dr. Díaz, es ventilar y no obstruir estos espacios; esto, debido a que la lluvia provoca un aumento de la circulación de virus respiratorios y contaminantes en el aire, a lo que se suma el aumento de contaminación domiciliaria por falta de ventilación.
“Al entrar en periodo invernal, lo crucial es ventilar. Ya sea por periodos de una a dos horas, sobre todo los dormitorios, al ser los lugares donde se pernocta. Lo que más se recomienda es que sea de forma natural, abriendo ventanas y sectorizando”, explica.
Por otro lado, el experto enfatiza en la importancia de tener espacios libres, pues a su juicio esto ayuda a que la ventilación sea homogénea en los espacios, previniendo la proliferación de bacterias.
Temperatura de confort
El experto en climatización, también hace especial énfasis en mantener una temperatura de confort en las viviendas, y en el abrigo que se utiliza.
Al respecto, sostiene que comúnmente, cuando las personas caminan por la calle, suelen tener una sensación térmica mucho menor, por lo que al llegar a recintos cerrados suelen aumentar la temperatura de calefacción al máximo.
Aquella, se trata de una medida perjudicial, por lo que recomienda, “llegar a una temperatura más o menos del orden de 24 a 25 grados centígrados en invierno; caso contrario en verano, que también necesitamos una temperatura confort, hablamos de 20 a 21 grados. Eso es muy importante para dar una cierta estabilidad”, indica.
Finalmente, el experto sostiene que el ser humano posee aspectos fisiológicos que no están acostumbrados a cambios tan bruscos de temperatura, por lo que exponerse a tales cambios, sobre todo en temporada de invierno, aumenta las posibilidades de enfermarse. Por eso, invita a la comunidad a adoptar estas mínimas precauciones.
