Hombres jóvenes, el nuevo grupo de riesgo de la Hepatitis en Chile

25 julio, 2017

Por Alexis Valenzuela, académico del Centro de Salud Pública de la Universidad Central

 

El 28 de julio se conmemora nuevamente el Día Mundial contra la Hepatitis, una enfermedad asociada por lo general a indicadores de desarrollo para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, este año nuestro país recuerda esta fecha desde un cierto nivel de preocupación. Ello, porque entre enero y marzo de 2017 se registró un aumento de 532% de los casos de Hepatitis A, principalmente en población de sexo masculino de 15 a 30 años de la Región Metropolitana, de comunas como Santiago, Ñuñoa y Providencia.
El virus de la hepatitis A (VHA) está presente en las heces de las personas infectadas y casi siempre se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. Se puede propagar también por ciertas prácticas sexuales. En general, no es mortal y la persona contagiada genera inmunidad, pero tiene como riesgo el desarrollo de una hepatitis fulminante, cuya resolución puede ser la muerte.
 
En el caso chileno, se infiere que la principal vía de contagio de este brote fue la conducta sexual de hombres que tienen sexo con hombres, con prácticas oral-anal; en total  253 personas. No necesariamente homosexuales, sino que varones que, independientemente de su orientación, incluyeron este hábito sexual en su conducta. Ello ha generado un importante desafío a las autoridades que, con una cobertura de agua potable de más de 90% a nivel nacional y metropolitano, pensaban tenían ganada la batalla; paradójicamente, hoy el principal contagio de la Hepatitis A es vía sexual.
 
En el siglo pasado, en Chile se hicieron grandes esfuerzos para mejorar las condiciones sanitarias de la población, tanto en alcantarillado como agua potable, en higiene personal, lavado de manos y manipulación de alimentos. Ello permitió el control de la Hepatitis A, a través de la disminución de las fuentes contaminantes. Pero hacernos cargo del cambio en las prácticas sexuales es un reto significativo para la salud pública, así como visualizar un nuevo grupo vulnerable: los hombres jóvenes.
Una de las formas de prevención para la práctica oral-anal sería la utilización del campo de látex, que permitiría tener un espacio de aislamiento para este tipo de contacto. Algunos salubristas recomiendan abrir un condón y usarlo como campo de protección, pero ¿estarán dispuestos los varones a este nuevo profiláctico?
Otra forma de prevención es la vacunación: Hay  vacunas inyectables inactivadas contra la Hepatitis A y en China está disponible una vacuna oral con virus vivos (OMS, 2017)
La OMS recomienda que la vacunación contra la hepatitis forme parte de un plan integral de prevención y control. Aunque en los países con baja endemicidad, como Chile, se aconseja considerar la posibilidad de vacunación a los adultos de alto riesgo. Sin duda, que la falta de políticas públicas en materia de educación en Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) ha traído importantes consecuencias sanitarias; en este caso, un nuevo brote de la Hepatitis A.
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