Imprevisto recorte presupuestario de CONICYT pone en jaque a más de mil investigadores

10 julio, 2018

La ausencia de información oficial y la repentina implementación de cambios que había sido acordada para el año 2019, mantienen en vilo a un sinnúmero de proyectos de investigación de estudiantes de doctorado.  

 

La beca de doctorado de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), tiene por objetivo entregar apoyo financiero para estudios de doctorado en todas las áreas del conocimiento, ya sea en ciencias, artes y humanidades. Hasta ahora, la beca contemplaba cuatro beneficios complementarios a los que era posible acceder tras la firma del convenio entre el estudiante y el organismo estatal: la cobertura de gastos operacionales, pasantías en el extranjero, cotutelas y extensión de la beca. Sin embargo, un inesperado recorte presupuestario y el cambio en las reglas afectaría a alrededor de 1.475 investigadores a lo largo de todo el país.

Los beneficios permiten, por ejemplo, adquirir fondos para comprar insumos, la ejecución de salidas a terreno, la participación en congresos para la difusión científica, las pasantías en el exterior, entre otras acciones para fortalecer el desarrollo investigativo y ampliar las redes de colaboración. No obstante, desde abril de este año, CONICYT ha rechazado o postergado la tramitación de solicitudes, aduciendo a la falta de presupuesto, lo que mantiene en vilo a numerosos proyectos, así como a los compromisos económicos e institucionales establecidos anteriormente. Además, a esto se suma la repentina modificación de las reglas, ya que para obtener dichos beneficios se deberá concursar y solo se podrá postular una vez al año, y no por ventanilla abierta, pese a que la entidad señaló en enero pasado que ambas medidas comenzarían a aplicarse a partir de 2019.

“CONICYT es la principal fuente de financiamiento de estudios de postgrado en Chile. Es casi imposible realizar un doctorado con fondos propios y mantener un proyecto doctoral de cuatro años con todo lo que eso significa a nivel familiar, personal y económico. Cuando uno firma convenio, se adquiere un compromiso, como investigador y funcionario del Estado, de cumplir con exclusividad, reportar actividades remuneradas e incluso salidas al extranjero. Nosotros como becarios entendemos este rol, lo aceptamos y cumplimos. Este sistema genera una fuerte dependencia para el éxito del desarrollo de tu tesis, por ende, también esperamos el cumplimiento de los compromisos adquiridos por CONICYT respecto a los beneficios complementarios”, señala Claudia Maturana, investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), quien realiza su doctorado en la Universidad de Chile.

En el caso de Maturana, quien es doctorante en Ecología y Biología Evolutiva, se ha adjudicado previamente los beneficios de gastos operacionales, lo que ha facilitado el desarrollo de su investigación. No obstante, el inesperado giro de CONICYT afectó el compromiso que había adquirido con más de un año de anticipación para realizar su pasantía durante cuatro meses con el British Antarctic Survey (Reino Unido). Debido a la falta de recursos, la investigadora tuvo que reducir su pasantía a dos meses.

La decisión de CONICYT también ha despertado la preocupación de los docentes de diversas casas de estudio. Dos estudiantes de doctorado de Ramiro Bustamante, académico de la Universidad de Chile e investigador del IEB, se han visto perjudicadas por la medida.

Bustamante cuenta que “una de mis alumnas tenía todo preparado para irse a Suiza a trabajar con un renombrado investigador en el área de las invasiones biológicas. Nosotros dábamos por contado que ese dinero iba a ser entregado. Después de meses de preparación y trámites con la universidad en Suiza y el ajuste de calendarios entre mi estudiante y el profesor suizo, resulta que su postulación a CONICYT no fue ni siquiera tramitada. Podrían haber informado que no había que postular. Se perdió una excelente oportunidad para mejorar la investigación de mi estudiante y la posibilidad de publicar los resultados en una excelente revista dentro del área”.

El problema se remonta al 27 de diciembre de 2017, cuando los becados recibieron un correo donde se notificaba la modificación del procedimiento para la asignación de los beneficios complementarios tres días antes de su puesta en marcha. Alrededor de 200 becados se organizaron, en ese entonces, para frenar la implementación de la medida, junto a la Asociación Nacional de Investigadores en Postgrado (ANIP) y la agrupación Redes Chilenas de Investigación (ReCh). Finalmente, tras una reunión convocada por las autoridades de CONICYT, se ratificó en enero del presente año la entrada en vigor de la medida para el 2019.

Maturana explica que “hoy estamos viendo cifras que llegan a más de 1.400 becarios activos que están siendo y serán afectados por estas medidas, es decir, más de mil proyectos de investigación, no solo en ciencias, sino también en artes, humanidades, entre otros, que están en peligro de ejecución, sin mencionar las proyecciones personales y familiares que quedan en la incertidumbre.”

“El cambio de reglas, además de afectar la investigación específica, deja muy mal parado al sistema científico nacional frente a los colegas extranjeros, quienes no logran entender estos cambios sin aviso previo. Lo mismo para el desarrollo de la tesis. Una extensión de seis meses de beca asegura que el trabajo se va a terminar. La gente que no recibe extensión al finalizar su cuarto año tiene altas probabilidades de fracasar en su doctorado, o sea se tiran por la borda años de esfuerzo y sacrificio, con el consiguiente daño para los estudiantes y el país”, concluye Bustamante.

El pasado 4 de julio, los representantes de la Agrupación de Estudiantes de Doctorado Nacional se presentaron ante la Comisión de Ciencias y Tecnología de la Cámara de Diputados para manifestar su rechazo a los cambios implementados. Los parlamentarios acordaron oficiar a CONICYT por lo que se citará a sus autoridades a la comisión el próximo 18 de julio.

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