Algunos de los múltiples beneficios de consumir pescados y mariscos, es que constituyen una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales, tienen bajo contenido en grasas, y además previenen enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, si no se consumen bien cocidos, podrían provocar serias intoxicaciones digestivas producto de infecciones por virus, bacterias, parásitos y toxinas. “Las intoxicaciones por microorganismos pueden ser adquiridas en el hábitat natural de los pescados y mariscos, como también durante el proceso de almacenamiento, debido a temperaturas inadecuadas, o durante su preparación, producto de infecciones cruzadas con otros alimentos”, explica la gastroenteróloga de Clínica Dávila, Dra. Marina Becerra.
Es importante destacar que dichas intoxicaciones alimentarias e infecciones, podrían llegar incluso a comprometer la vida, producto de la deshidratación y las alteraciones electrolíticas secundarias. Por lo anterior es fundamental un tratamiento oportuno. La recomendación de la especialista es acudir a un centro de salud de urgencia, frente a los síntomas generados por estos parásitos, como vómitos, diarrea, fiebre, dolor abdominal intenso, incapacidad de tolerar la hidratación o alimentación oral, y decaimiento, entre otros.
“Es esencial estar atentos a las señales de alerta, como ausencia de orina o muy escasa, sangre en las deposiciones, e incapacidad de hidratación por la boca. En estos casos, se aconseja hidratar al paciente utilizando sales de rehidratación oral, las cuales deben administrarse de manera frecuente, pero en pequeños volúmenes, sobre todo si hay vómitos”, explica la Dra. Becerra.
La especialista de Clínica Dávila enfatiza en la importancia de mantener la cadena de frío de los alimentos, ya que si ésta se altera, favorece la proliferación de algunos microorganismos, los cuales, sea por ellos mismos o por las toxinas que producen, provocan una serie de enfermedades si las personas los consumen en ese estado.
Algunas toxinas son termoestables, es decir, a pesar de la cocción del producto, aún mantienen su toxicidad y con ello, la capacidad de causar enfermedades. “Para evitarlas, las autoridades respectivas realizan monitoreos permanentes en las costas del país, y cuando pesquisan productos marinos con este tipo de sustancias, se prohíbe la extracción en la zona”, asegura la Dra. Marina Becerra.
Recomendaciones al Comprar y Consumir Pescados y Mariscos
Para evitar intoxicaciones alimentarias, la gastroenteróloga de Clínica Dávila, Dra. Marina Becerra, explica que se deben tomar algunas medidas de cuidado, como las siguientes:
Comprar pescados y mariscos solo en establecimientos certificados.
Consumir estos productos bien cocidos.
El jugo de limón no cuece los alimentos.
Mantener estos alimentos siempre refrigerados.
Antes y después de cocinar, lavarse muy bien las manos.
Evitar la contaminación cruzada: mariscos y pescados crudos deben manipularse separados del resto de los alimentos. Luego, lavarse bien las manos y desinfectar los mesones y cubiertos utilizados.
Cómo Reconocer los productos marinos Frescos
Pescados:
Ojos brillantes, agallas rojas, carne firme y resistente a la presión (al apretar con un dedo, no debe desarmarse), branquias rosadas y olor a algas.
Mariscos:
Deben estar vivos al momento de comprarlos, lo que se nota cuando la concha/caparazón está semi-abierta y se cierra al contacto.
Los alimentos provenientes del mar se deben consumir siempre bien cocidos. “Ninguno de estos alimentos se debe ingerir crudo; su tiempo de cocción no puede ser inferior a 10 minutos, ya que de lo contrario, las bacterias podrían permanecer vivas y provocar enfermedades y contagios”, asegura la especialista.
Moderar el consumo de Chocolates y Huevos de Pascua
Por otra parte, en relación al consumo de dulces y huevos de chocolate, tan propios de la tradición del Conejo de Pascua en estas fechas, la gastroenteróloga de Clínica Dávila recomienda además moderar el consumo de chocolates, ya que una ingesta excesiva podría provocar gastroenteritis y constipación severa. La idea es disfrutar y alimentarse pero siempre con moderación, para prevenir enfermedades y poder disfrutar en familia durante Semana Santa.