El director regional de SENDA Biobío, Jorge Bastías Domínguez, entregó los resultados regionales del Décimo Segundo Estudio de Consumo de Drogas en Población Escolar 2017, elaborado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), muestra que en la región del Biobío el 28% de los escolares entre 13 y 18 años consumió marihuana en el último año. Esto sumado a la baja en la percepción de riesgo de su uso frecuente, que sólo alcanza al 22%, es una realidad que preocupa tanto a las autoridades nacionales como regionales.
“La percepción riesgo, principalmente en marihuana está cerca del 20%, o sea estamos hablando que uno de cada cinco estudiantes le tiene un poco de miedo a probar o a incursionar en este tipo de sustancias y eso también nos perjudica en el trabajo que realizamos. Lo que queremos es que aumente la percepción de riesgo, que los jóvenes entiendan que consumir cualquier tipo de droga daña la salud y daña su crecimiento y hoy ese es el trabajo que tenemos que hacer”, aseguró Jorge Bastías.
El consumo de alcohol entre los escolares de la región tampoco tuvo variaciones significativas respecto al año anterior y llegó 28,3%. Además, el estudio muestra que se mantiene estable la percepción de riesgo en 63,5% y que el porcentaje de estudiantes que afirman que les sería fácil conseguir alcohol es del 40,2%. Quienes declaran que sus padres estarían extremadamente molestos si los sorprendieran con unos tragos de más llega al 59.7%.
Bastías comentó que “A partir del 2019 SENDA va a trabajar un programa de Parentalidad Positiva que busca que el trabajo que hacemos en los establecimientos educacionales tenga un eco en el hogar, porque nosotros no sacamos nada con trabajar y trabajar con los niños si cuando llegan a la casa los papás tienen las conductas totalmente contrarias a las que nosotros les estamos enseñando a los niños en los establecimientos educacionales”
La buena noticia para la región es que disminuye el consumo de tranquilizantes sin receta médica pasando de 9,3% en 2015 a 7,5% en 2017. Mientras el uso de cocaína llega al 3,9%. En el caso del tabaco de la mano de una alta percepción de riesgo, 84.4% el consumo de esta sustancia es de 4,5% entre los jóvenes de la región.
