TVN debe agregarle inteligencia y conocimiento a la industria creativa en Chile

11 agosto, 2018

“Creo que la TV abierta debe dejar el autoflagelamiento de la medición tradicional que ofrece el people meter. La audiencia ha cambiado, y hoy se sigue midiendo con el mismo instrumento un objeto que ya no existe. Aquí debe haber de manera urgente una nueva etapa de mediciones híbridas lineal/digital, con nuevos criterios, estándares e instrumentos”, señala el doctor en comunicación audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona, Rodrigo Ramírez Pino.


La próxima semana debiera quedar conformado el directorio de Televisión Nacional de Chile tras la renovación de las dos plazas que restan por ocupar luego de la salida de los directores de oposición, Francisco Frei (DC) y Antonio Leal (PPD), quienes terminaron su período.

Mientras las mesas directivas de ambas colectividades continúan debatiendo sobre la terna que entregarán al presidente Sebastián Piñera, el debate público está centrado en la definición del presente y futuro de TVN en su rol de canal público y sustentable financieramente.

Una voz autorizada para hablar sobre este tema es el ex subsecretario de Telecomunicaciones, Rodrigo Ramírez Pino, doctor en comunicación audiovisual, quien fue el artífice de implementar en Chile la Televisión Digital. Ramírez es categórico a la hora de analizar la misión de TVN.

“Llegó la hora que TVN sea la gran empresa pública de telecomunicaciones y un consorcio de medios públicos que sean promotores de la identidad, diversidad, pluralidad y multiculturalidad del país. En mi opinión, debe convertirse en una empresa dinámica y multiplataforma, consituirse como un operador de infraestructura pública y abierta de servicios de telecomunicaciones, como una concesionaria de servicios de Internet y como el gran promotor de la industria creativa y de la economía naranja del país y de Latinoamérica”

¿Cuál es su diagnóstico sobre el presente y futuro de la televisión abierta, y en particular de TVN?

La televisión abierta no ha innovado en nuevos formatos ni en cómo integrarse a las nuevas plataformas, ni en nuevos modelos de negocios. Aquí hay una disonancia: los usuarios consumen cada vez más audiovisual como nunca en la historia, sin embargo, los broadcasting construyen productos para públicos masivos inexistentes.

Hay que considerar que el mayor tráfico de las redes en Chile es por consumo de video (Youtube, Netflix), de 54% a un 82% en los próximos dos años. Tenemos ciudadanos que han hecho del producto audiovisual la forma de interacción diaria, y aquí la TV abierta debe agregarle valor a esa relación.

Por tanto, no tenemos un problema del producto audiovisual, ni de transmisión, ni de acceso, ni del papel que cumple el televisor en el hogar, sino de cómo integrarse en la dinámica de consumo, de formar parte de la “dieta audiovisual” y cómo se complementa con los hábitos de diferentes públicos, donde cada nicho es un universo en sí mismo. 

¿Cómo pueden convivir en armonía los modelos de TV abierta versus las OTT y la TV de pago?

Las plataformas OTT (Netflix, Amazon, etc) no sólo han obligado a repensar el modelo de negocio a la TV abierta, sino que sobretodo a la TV de pago. Las personas seguirán pagando por el servicio de cable o satelital en la medida que aumente la calidad de la programación, pero si se percibe que el contenido no tiene valor, se producirá una gran estampida.

Chile cuenta con una robusta infraestructura de banda ancha, más la pionera neutralidad de la red, lo que ha permitido consolidar el modelo de distribución de contenidos audiovisuales por Internet como una oferta vigorosa, una opción transparente, generando competencia en la industria.

Además, nuestro país tiene la proporción más alta de “early adopters” (consumidores que adquieren productos o servicios antes de que se hagan masivos en el mercado), de fanáticos que accedieron directamente a sus contenidos favoritos a través de plataformas y aplicaciones.  Estos son modelos de negocio que han transitado desde una única pantalla estática a un consumidor que ha tomado el control y decide qué ver, cuándo y dónde.

El consumo se ha expandido por distintos dispositivos y la audiencia ya no es una masa monótona y uniforme, sino que cada vez se busca más relación casi individualmente con el espectador.

En ese contexto, ¿cuál debe ser el valor agregado de TVN en esta industria?

TVN debe agregarle inteligencia y conocimiento a la industria creativa en Chile, ser motor de la economía naranja, es decir, debe ser un facilitador y desarrollador de nuevas tecnologías que introduzca análisis de Big Data y Thick Data para el desarrollo de contenidos transmedia, para la  TV lineal y no lineal, para la TV live o la TV diferida, para una funcionalidad Smart o para multidispositivos.

Una unidad con modelos de negocio distintivos, por contenidos freemium, por dispositivos, por tipo de ofertas (web, OTT, premium), etcétera. Evaluar la viabilidad de aplicar una monetización publicitaria o por subscripción según el contenido único y particular, que agreguen valor al contenido propio o generado por otros.

Asimismo, pienso que TVN tiene la necesidad de definir su papel ante
players como Facebook, Google y Amazon, que han apostado por el video como su próximo gran medio de crecimiento y fuente de ingresos. 

¿Se modifican entonces los paradigmas que definen la medición de audiencias?

Es curioso pero ha sido la nueva televisión la que ha aprendido de la TV tradicional, y no viceversa.

Creo que la TV abierta debe dejar el autoflagelamiento de la medición tradicional que ofrece el people meter. La audiencia ha cambiado, y hoy se sigue midiendo con el mismo instrumento un objeto que ya no existe. Aquí debe haber de manera urgente una nueva etapa de mediciones híbridas lineal/digital, con nuevos criterios, estándares e instrumentos.

¿Qué hacer con un modelo de TV pública que ofrezca también la posibilidad de generar nuevos ingresos provenientes del mundo del avisaje?

El mundo del avisaje ha estado bastante atrás de toda esta conversación.
La TV digital abierta gratuita viene en parte a corregir el desigual despliegue de la TV análoga. Es común escuchar que Internet mató a la televisión.

La televisión debe ser el artefacto tecnológico que más veces han tratado de matar. Y no ha sido así. 
En Chile, solo quien vive en Santiago y en el centro de La Serena ha tenido acceso a ver los seis canales nacionales abiertos, el resto del país sólo creció viendo uno, dos o a lo más tres canales de TV abiertos. 
El despliegue de la TV digital no puede detenerse, hay múltiples esfuerzos por los canales regionales, universitarios, locales, comunitarios que están haciendo la transición, invirtiendo y desplegándose en los territorios.

Los canales nacionales se han sumado a estos esfuerzos. No deben detenerse. Aquí las estrategias deben ser compartidas, no es viable competir por infraestructura, la competencia es por el contenido, no por quien tiene un transmisor, un encoder, un multiplexador, por radio enlaces, excitadores, gap fillers o por sistemas radiantes. 


¿Cuánto invertir y en qué?
Los principales canales nacionales de televisión deben tener contemplados una inversión de US$ 50 millones para digitalizarse. TVN, en su plan de capitalización de US$65 millones, desglosados en US$47 millones para la continuidad de su actual estación y otros US$18 para implementar el canal cultural, debe contemplar a lo menos unos US$ 20 millones para la construcción de 115 antenas y así mejorar su capilaridad y cumplir con las réplicas de las zonas de coberturas, más la construcción de nuevos centros regionales.

TVN debe pensar que realizar esta inversión la convierte en un operador de infraestructura de servicios de telecomunicaciones robusta, lo que le permitirá generar ingresos por esta vía. Recordemos que la ley de TV digital consagra que TVN puede contar con una segunda concesión con medios propios, permitiéndole la transmisión de sus señales propias de carácter regional o de otros concesionarios que no cuenten con medios propios.

Llegó la hora que TVN sea la gran Empresa Pública de Telecomunicaciones.

¿Cómo hacerlo?

Recordemos que la “ley corta” le permite explotar los servicios de televisión y de producción, emisión y transmisión de contenidos audiovisuales y de radiodifusión, cualquiera sea su formato, plataforma audiovisual o medio. Y Además, realizar todas las actividades propias de una concesionaria de servicios de telecomunicaciones, de televisión, de radiodifusión sonora, de servicios intermedios de telecomunicaciones y de servicios audiovisuales, con iguales derechos, obligaciones y limitaciones.

Con estas atribuciones, TVN puede desplegar todo tipo de infraestructura digital en el país, proveedor de servicios y de infraestructura crítica, operador de infra y servicios de IoT,  de aplicaciones industriales, proveedor de acceso y servicios de Internet Low Cost móviles y fijos y con preferencia en las zonas apartadas, lejanas y de difícil acceso; operador de servicios satelitales; un gran operador se servicios Cloud, gestiionador de centros de Big Data, proveedor de servicios en ciberseguridad y de respaldo, sobretodo para las instituciones del Estado; constituirse en un Operador Móvil Virtual OMV, operador multiplataforma, más todas otras nuevas ideas que le permitan a TVN ser un referente en el desarrollo digital del país.

 

¿Con esto no se corre el riesgo de desvirtuar su rol de canal público?

De ninguna manera. TVN debe transitar hacia un consorcio de medios públicos. Un Grupo multiplataforma con una OTT, con el canal cultural, más otras señales destinadas a la infancia y otra con una estrategia de contenidos educativos, que pueda ser introducida al aula de clases y que sea de apoyo para el curriculum escolar; contar con una cuidada señal internacional, con un canal premium sin inicio de sesión, otro canal Play IPTV, con una Radio de alcance nacional, más las 15 señales regionales y actuando como transportador público y como una red de acceso púbico, abierta y compartida de otros como los canales universitarios, locales y comunitarios. Es decir un modelo convergente de medios, servicios y de infraestructura pública.

En definitiva, TVN debe ser el promotor de la libre circulación de ideas, la multiculturalidad, reguardar el interés público y los valores democráticos, expresar a distintas y diferentes audiencias, promover el pluralismo y la diversidad de su gente y de los territorios, garantizar el acceso a información objetiva, desarrollar y promover contenidos culturales y educativos que le permitan a los ciudadanos mejorar su desempeño social.

 

Rodrigo Ramírez Pino, doctor en comunicación audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ex subsecretario de Telecomunicaciones, profesor universitario e investigador de Flacso.

 

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