Obra: La ira de Narciso Por Miguel Alvarado Natali

21 abril, 2023

La ira de Narciso del dramaturgo francouruguayo Sergio Blanco (51) se caracteriza por ser una puesta en escena de autoficción, que es llevada al monólogo en primera persona por un actor que interpreta al propio autor. De pronto puede ser confusa, pero se va despejando rápidamente la trama. Así como Narciso este hombre de la mitología griega, quien es castigado por la diosa Némesis por engreído y obligado a enamorarse de su propio reflejo en el agua, tenemos a este escritor que en definitiva también se enamora pero de su obra. Dirigida por Soledad Gaspar y con la actuación de Freddy Araya las funciones serán hasta el 30 de Abril en el Teatro Mori Recoleta.

Es la historia de un joven (Sergio Blanco, interpretado por Freddy Araya) quien llega a la ciudad de Liubliana, Eslovenia, invitado para dar una conferencia sobre el mito de Narciso. Ya instalado en su habitación del hotel y conectado su computador a internet, busca pasar un rato con un esloveno en una aplicación de citas. Sin embargo, lo comienza a perturbar una mancha de sangre en el piso, esto se vuelve más intenso al darse cuenta que están por todos lados. Sigue su estadía preparando su presentación, saliendo a trotar por el parque en las mañanas donde tiene encuentros sexuales con el esloveno, recibe llamados de su madre con Alzheirmer y llama a un amigo forense para mostrarle las manchas y llega a la conclusión de que ahí hubo un asesinato.

Con una actuación notable de Freddy Araya, por momentos en dos roles, el de autor e intérprete. Ya memorizar todo este texto y no morir en la confusión, tiene su gracia. Aquí creo que estamos en presencia de que el actor sobrepasa el propio guion, que a veces se puede leer como un laberinto policial y sexual, pero convengamos que de “Narciso” hay poco en la trama. Entonces Araya juega muy bien su papel, mantiene al público atento y proyecta su temperamento –que no es de él si no que el del escritor- y sus emociones. Su corporalidad la maneja impecable y el espacio escénico es utilizado al máximo. Todo esto apoyado por una escenografía funcional y cuyo manejo de luces esta increíble, las manchas casi fosforescentes, los tonos lumínicos de la habitación en contraste con los del museo nos recrean las atmósferas necesarias para cada escena.

“La ira de Narciso” es una pieza contemporánea, provocativa y perturbadora, donde solo hay un paso entre la realidad y la ficción. Nos sumerge en la psiquis de un personaje solitario, dominado por su propia obsesión y lujuria, que lo llevan a un desenfreno que solo terminará con un cuerpo degollado. Es una obra intrincada que sale a flote rápidamente y con una claridad que hace que los asistentes no dejen de hacer funcionar sus neuronas, vuelvan a rebobinar y comiencen a armar este puzzle inquietante que nos estrega la narración ficccionada y testimonial del propio Sergio Blanco. Y la inquietud final sería ¿estuvo él autor realmente en ese cuarto en Liubliana?. Sí así fue, le agregamos un manto de ministerio a esta presentación escalofriante y desgarradora, donde la “Niebla” de Miguel de Unamuno pasó levemente por mi mente.

Dramaturgia: Sergio Blanco

Dirección: Soledad Gaspar

Actor: Freddy Araya

Diseño sonoro: Damián Noguera

Visuales: Gomar Fernández

Diseño lumínico: Checoslovaquia

Jefe técnico: Rodrigo Mateo

Coproducción: Espacio Checoeslovaquia

Colaboradores: Santiago Off, Centro de redidencias Nau Ivanow

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