Si bien la situación de las pensiones parte desde una situación delicada, hay muchas áreas donde es posible avanzar. Es lo que busca el reciente libro de Ediciones UC, EDITADO POR Salvador Valdés Prieto, de Clapes UC.
El monto representativo de las pensiones es cercano a $164 mil al mes. ¿Cuánto sería una pensión razonable, tomando en cuenta que otras personas del hogar también aportan? Enfrentados a esta pregunta, la respuesta más representativa entre quienes tienen 65 años o más años, fue $375 mil al mes.
Sin embargo, el ingreso laboral representativo de los trabajadores actuales, que son sus hijos, es $400 mil al mes. Esa aspiración de pensión es 94% del ingreso de los hijos. Esa aspiración también es cercana a 200% de sus propios ingresos durante su vida laboral pasada. Esta brecha es el combustible que usa el movimiento No + AFP.
Esta es una de las bases del diagnóstico del grupo de estudio Mejores Pensiones para Chile, convocado por el economista Salvador Valdés en Clapes UC. Se trata de trece psicólogos, comunicadores sociales, economistas, abogados y expertos en opinión pública, que analizan cómo reducir esta brecha en algunos pocos años, no en 30 años más.
El grupo, que también es transversal en política, propone 25 medidas. Los mejoramientos deberían priorizar el alivio de los temores más agudos de los pensionados y también de los ocupados. Cumplir esto recomienda evitar medidas indiscriminadas que extienden la ayuda a (casi) todos, incluso a aquellos que cuentan con recursos “no pensión” significativos, porque son regresivas, demasiado caras y carecen de sustentabilidad en el tiempo. Se debe modular el apoyo a los adultos mayores por edad y condición.
Segundo, proponen sumar a la política pública de pensiones medidas dedicadas a apoyar a las personas en formular sus aspiraciones de pensión.
Tercero, priorizan medidas que demuestren que la política pública de pensiones empieza a respetar con más cuidado las percepciones y necesidades de las grandes mayorías de afiliados.
Destacan las siguientes propuestas: crear un “beneficio por cuidado” para las personas que conviven con personas de la cuarta edad con dependencia severa, compensar a los pensionados por retiro programado cuya pensión hay descendido más de 30%, crear un Comité de Propietarios de Fondos en cada AFP y terminar con la discriminación en pensiones mínimas efectivas entre afiliados a distintos regímenes, impuesta desde 2008.
