Obra: No me deje hablando solo

6 abril, 2023

Crítica

Por Miguel Alvarado Natali

Rodrigo Bastidas la hizo nuevamente con esta nueva obra, que escribe y dirige. Después de sus dos exitos anteriores con “Viejos de mierda” y “Viejas de mierda”. Nos sorprende una vez más en este montaje tragicómico que se pasea por la vida de una pareja que lleva 50 años de matrimonio, donde hay una reflexión de lo que fue esa convivencia y de lo que les faltó, tratando de remediar ciertos comportamientos. “No me deje hablando solo”, podría ser la máxima entrega que nos hace Bastidas, tras una exitosa carrera como dramaturgo y guionista de las telenovelas de Mega y en un escenario de lujo como lo es el Teatro Municipal de Las Condes, donde las funciones serán hasta el 16 de Abril.

La pieza narra la vida del matrimonio de Javier (Jaime Vadell) y Ana (Coca Guazzini), que sin grandes tropiezos han funcionado bien. Sin embargo, Ana comienza a darse cuenta que siempre ha estado pendiente de Jaime, postergándose  de cosas que le huibiese gustado hacer, como por ejemplo, un viaje a Machu Pichu. Entonces hace sus descargos diciendo que su marido “No la ve”. En tanto Javier está jubilado, se siente feliz, se lo lleva criticando a El Mercurio, porque no le publican sus cartas al director y está escribiendo sus memorias. Se junta diariamente con Pepe, (Héctor Noguera) su amigo de la preparatoria y a él le cuenta que no entiende esa frustración que tiene Ana y de pasada le lee un par de avances de su libro. Su otro amigo es Rául (Nicolás Mena) el suplementero, que mantiene a duras penas un quiosco de diarios y por  último está Sara (María José Necochea), ella no vive en la casa pero está pendiente de llamar y de los remedios que tiene que tomar su padre.

Qué decir de las actuaciones? Sí es como que Rodrigo Bastidas juntara a Robert De Niro y Al Pacino. Porque tener a Jaime Vadell (87)  y Héctor Noguera (85 )dos grandes baluartes de la escena nacional, es un lujo, que  que conmueve. Desde “Hojas de parra, salto mortal en un acto” de 1977, obra censurada por la Dictadura y su carpa donde se hacían las funciones quemada, Vadell no a parado de sorprender con cientos de personajes. Aquí hace un trabajo formidable, gracioso y contundente. Mientras Noguera, es el actor incansable, versátil y honesto con todo lo que interpreta, en los últimos meses lo hemos visto en “El Padre” y en “La última sesión de Freud”. Ahora una vez más nos deleita con su presencia escénica, con una lucidez expresiva que mantiene intacta. Por su parte Coca Guazzini (69) una de las buenas veteranas de tantas teleseries, en el papel de Ana, tiene una interpretación sublime y elegante. Su voz y su prestancia construyen un personaje que es más real y frecuente en nuestras familias, de pronto era ver a mi propia madre en el escenario. El elenco lo completan María José Necochea (45) (“Malas madres” y “De una a diez, cuánto me quieres”) encarnando a Sara, la hija de este matrimonio, el personaje era para ella, con tan solo un par de intervenciones hace que la obra fluya y le de sentido a la trama. Y por último el actor Nicolás Mena  (43) (“Un loco matrimonio en cuarentena”), en el rol de Raúl, este suplementero y amigo del protagonista, que pone la nota más social de esta presentación. -La gente ya no lee, ya no compran revistas ni periódicos-. Mena le da credibilidad a su personaje logrando cercanía con el público.

“No me deje hablando solo” es una obra para reír y llorar, una comedia romántica, que te  hará reflexionar de la vida en pareja o en matrimonio, de lo queremos, para donde vamos y cuál ha sido la preocupación por el otro. Un montaje conmovedor y emotivo, con un texto lleno de lucidez y melancolía, cuya atmósfera está increíble, de solo mirar la escenografía ya eres parte de esta historia. De buen ritmo y con una trama que nunca decae, que sorprende y sobrecoge. Es la vida presente, tan bien contada que nos sumerge sutilmente en el pasado de un matrimonio que ha estado unido por  50 años, su cotidianidad llevada a un realismo brillante de la vida misma, donde el inconsciente del protagonista no quiere desapegarse de su amada esposa, y se vuelca a un ensamble de preguntas y cuestionamientos que le cuesta sopesar y responder. El paisaje en el escenario, la excelente música y las luces, hacen que esta presentación sea un deleite para el alma, imperdible y con un giro casi hollywoodense, de esos notables

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