El Colegio Médico de Chile solicitó públicamente, que las autoridades de la Superintendencia de Medio Ambiente y los parlamentarios de la región, fiscalicen mediante oficio y transparenten la composición y el contenido de las 8,4 toneladas de polvo retiradas por ATI de las calles de Antofagasta.
A juicio del Colegio Médico de Chile, esa información, junto a la visita al puerto de Antofagasta del Primer Tribunal Ambiental, y las tomas de muestras de polvo de los liceos y escuelas de la comuna, realizadas la semana pasada, permitirán dimensionar el riesgo de contaminación, a que podría estar expuesta la salud pulmonar de todos los antofagastinos, con la permanencia adyacente de un almacén de arsénico y metales pesados, en pleno centro portuario de Antofagasta y las respectivas operaciones de embarque.
Por lo mismo, llamamos a toda la comunidad, a rechazar la permanencia de este acopio y a no justificar la contaminación pulmonar a la que Antofagasta sigue expuesta, toda vez que los ciudadanos y principalmente los niños, estudiantes, profesores y auxiliares de educación, asisten diariamente a establecimientos educacionales contiguos al puerto.
Dicha situación también expone a contaminación, a quienes viven en la avenida Brasil, en los edificios colectivos, a los funcionarios de los ministerios de Obras Públicas y Justicia y los pacientes y personal de salud, que permanecen a metros de este almacén de metales pesados, siendo expuestos a un riesgo de cáncer, sin que el Estado haga operar el principio preventivo, que quien contamina paga y el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, que debe garantizar la vida de los ciudadanos, evitando la cercanía de una ciudad a una faena de alto riesgo para la salud.
Se debe tomar en consideración, después de esta visita, que la comunidad de todo el sector centro de Antofagasta y principalmente nuestros hijos, los estudiantes y la comunidad en general, no cuenta con trompas, ni equipo de protección, similar al que utilizan los funcionarios portuarios al interior de las faenas que operan este concentrado, y los roteiners, que voltean en las bodegas dicho producto, para evitar aspirar metales pesados, proceso que al más mínimo error, accidente, o falla en equipos, o mantenciones, puede costar un alto precio para la salud de todos.
De este manera, queremos recordar a la opinión pública, que ante un acopio de esta envergadura, inmediato a más de 300 mil personas que habitan Antofagasta, debe primar una permanente y dura fiscalización, la cual a la fecha, sigue sin contar con personal y equipo tecnológico suficiente, tanto en la Superintendencia de Medio Ambiente, como en el sector salud, siendo esa la forma de vigilar el riesgo permanente de estas operaciones.
De igual modo, como Colegio Médico de Chile, también insistimos, en la necesidad que las visitas de escolares al puerto de Antofagasta, al FCAB y a las mineras, no pueden, ni deben seguirse produciendo, así como la autorización de circos o actividades recreativas al interior del puerto, toda vez que se trata de zonas operacionales con metales pesados, donde se maneja o transporta concentrado con alto riesgo de cáncer pulmonar.
Tal como ha quedado en evidencia, tras las tomas de muestra realizadas recientemente, los establecimientos educacionales, siguen con la presencia polvo, razón por la que el Colegio Médico de Chile, por encargo de la municipalidad local y la CMDS y en compañía de personal sanitario, como ministro de fe, tomó muestras de ese producto para su caracterización.