Declaración Comité Ejecutivo ChileNosUne en el Exterior

4 marzo, 2022

Frente a los últimos vestigios de un invierno duro en Europa – que se mece entre una guerra de proporciones – y familias (también chilenas), que intentan encontrar refugio de las bombas que desmienten eso de la precisión, nos hace por momentos dudar de la gravedad, de que las iniciativas constituyentes 929-3 y 480-3, que impulsaban la creación de la Región Exterior fueran rechazadas. A pesar de nuestra duda, dado este contexto, nos es difícil resignarnos a una derrota política.

Agradecemos a quienes patrocinaron, firmaron y apoyaron dando su voto favorable a la iniciativa 929-3. Tenemos memoria y esta iniciativa formará parte de nuestra historia colectiva.

Mientras Chile avanza hacia una democracia participativa e inclusiva, nosotros tendremos que conformarnos con una democracia representativa, ya pasada de moda. Al final recibimos los desechos o retazos de una democracia en desuso y que nuestros compatriotas en Chile intentan deshacerse.

Tenemos la convicción de que dimos lo máximo – para que a más de un millón de compatriotas – se les reconociera institucionalmente el vínculo permanente con nuestro país.

Trabajamos desde los inicios de la Convención – elecciones y apoyo explícito al presidente electo de por medio – en la presentación de indicaciones, redacción de normas, audiencias, iniciativas populares, organización y participación de conversatorios, debates, etcétera, siempre con la intención de hacer visible ante el país, a más de un millón de compatriotas

No olvidamos que se nos negó la posibilidad de tener nuestros propios representantes en la Convención. Sectores ya conocidos – y algunos ya no tan nuevos – sólo se acordaron de nosotros, como otras tantas veces, cuando la coyuntura política electoral les era desfavorable.

Como ya advirtiéramos en la defensa de la iniciativa N° 929-3, corríamos el riesgo de continuar siendo unos de los pueblos históricamente excluidos. El rechazo de las dos iniciativas antes mencionadas, confirma que nuestros miedos eran reales. Los chilenos en el exterior continuaremos siendo uno de esos pueblos perdidos (y oculto) en la vorágine de la historia chilena.

¡Compatriotas! debemos estar tranquilos. Lo intentamos, a pesar del conservadurismo y ciertos liderazgos que no abandonan la visión clientelista de la política. Hicimos más que lo imposible, más de lo que muchos en similares circunstancias hubieran hecho. Dijimos e hicimos lo que había que decir y había que hacer; pero fueron otros – que por incomprensión, ausencia de voluntad política, cálculos electorales o tan sólo por limitaciones – no tuvieron la capacidad de comprender la profundidad e importancia de esta lucha histórica.

Llegó la hora de que quienes habitamos este territorio de afectos y extrañezas, independiente de formalidades institucionales – construyamos comunidad, vivenciemos nuestra diversidad, apoyemos nuestros proyectos, compartamos nuestras experiencias, sabidurías y conocimientos – para beneficio nuestro y de las generaciones futuras en el exterior.

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