La comisión mixta aprobó la indicación contenida en el proyecto de Ley de Convivencia de Modos de Transporte, que disminuye de 60 a 50 kilómetros por hora la velocidad máxima en zonas urbanas. Ahora, volverá a ser revisada por la Sala de la Cámara de Diputados.
Para el especialista en transporte y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Juan Pedro Sepúlveda, el proyecto en sí mismo no logrará que los conductores disminuyan su velocidad si no considera una fiscalización efectiva a través del retorno de los fotorradares. “En la práctica, lo que uno puede observar es que el actual límite de 60 kilómetros por hora no se respeta”, sostiene.
El ingeniero reconoce los cuestionamientos a este instrumento de vigilancia, por el uso que le daban las municipalidades para generar recursos. Por eso, indica que no debiera utilizarse en todas las calles del país, “sino en aquellas avenidas que, en general, presentan mayor velocidad”, afirma.
Por otra parte, el Dr. Sepúlveda indica que la infracción a la norma debiera ser castigada a través de multas, pero que se requeriría de un primer periodo de marcha blanca una vez implementada la ley, en caso que se apruebe.
“Según estadísticas de Conaset, de muertes por hora del día, se observa que hay una tasa importante de fallecidos en horas no punta. Eso quiere decir que desde las 20.00 h hasta las seis de la mañana, la gente no respeta la velocidad máxima”, afirma. “Cuando la gente no se siente observada transgrede la ley en un porcentaje importante”, insiste.
Finalmente, el especialista recomienda que la indicación del proyecto de ley también contemple otras medidas, como implementar más lomos de toro, bajar la vereda al nivel de la calle y reprogramar los semáforos.
“Lo que se busca es disminuir los accidentes y la fatalidad de estos, y los estudios sostienen que la fatalidad disminuye un 20% o 30% con este tipo de iniciativas”, concluye.
