Opinión: ¿Los dentistas son profesionales de la salud, o no?

13 abril, 2020

Por Tamara de Mayo Glaser, cirujano dentista (Núm. col. 10202)

Después que el planeta se puso en “modo pandemia”, nuestro país entró al estado de catástrofe y, con ello, la realidad de todos los chilenos cambió de una forma que no supusimos jamás.

Mientras todo Chile se organizaba ante esta nueva coyuntura, el gremio de los dentistas no fue la excepción. Sabemos por evidencia mundial que la odontología es la actividad con el mayor riesgo de contagio de Coronavirus, ya que nos encontramos a menos de un metro del paciente y estamos expuestos al vector principal que es la saliva. Por lo mismo, mientras dure la pandemia las clínicas odontológicas no pueden operar.

En esta línea, el pasado 20 de marzo, el Colegio de Cirujano Dentistas emitió una Carta Abierta al Presidente de la República, Sebastián Piñera, señalándole los riesgos de que los establecimientos clínicos dentales sigan funcionando y planteándole también que todos los cirujanos dentistas del país debían limitar sus atenciones solo para casos de urgencia.

Es por eso que durante las últimas semanas cientos de consultas y demás centros cerraron sus puertas hasta nuevo aviso, dejando, de paso, a todos sus equipos de trabajo a la deriva y con un futuro incierto.

Sin embargo, hasta la fecha, el Ministerio de Salud aún no decreta formalmente el cierre de las clínicas dentales, lo cual supone un grave riesgo y fuente de contagio que el Gobierno no ha querido asumir. Y lo que es peor, no se ha efectuado ninguna declaración al respecto. Mientras tanto, los 25.000 dentistas que hay en Chile siguen a la espera de un pronunciamiento que atañe al ejercicio de nuestra profesión.

La verdad, cuesta entender por qué los odontólogos simplemente no existen en el mapa del Ministerio de Salud, que, simplemente, decidió no escuchar cuando solo hace algunos días una resolución de la Seremi de Salud de la Región de La Araucanía ordenó el cierre de las clínicas dentales hasta el 30 de diciembre del presente año, noticia que produjo un desempleo sin precedentes en el sur.

Para tener en cuenta: los odontólogos recibimos el título de Cirujano Dentista luego de seis años de formación académica y universitaria. Además, muchos especialistas contamos con una amplia formación de postítulo, poseemos más de nueve años de estudio, muchas horas de práctica profesional y capacitaciones y, complementariamente, estamos en condiciones de realizar labores de inventarios, orientación y educación a la población y colaboración en protocolos “triage” (método de selección y clasificación de pacientes empleado en la medicina de emergencias y desastres) y anamnesis (recabar datos relevantes y de interés del pasado para construir la historia del paciente).

Sin perjuicio de lo anterior, hemos sido marginados de los equipos de Salud. Solo tenemos una pequeña presencia en el sector público, tanto en hospitales como centros de atención primaria, y por desgracia, en la actual emergencia sanitaria generada por el Coronavirus, nuestra experiencia tendrá que quedarse en la casa simplemente porque no hay cabida.

Cabe recordar que en este país los únicos profesionales facultados para emitir recetas médicas son los médicos cirujanos, los odontólogos y las enfermeras matronas. Por consecuencia, no tiene lógica esta razón del Minsal de dejarnos en el olvido. Sin exagerar, con esto se perjudica a todos los chilenos, ya que existen miles de profesionales de este rubro que no están haciendo su pega, los que tampoco son llamados a participar en el trabajo urgente de la contingencia nacional.

Es evidente que con el paso de las semanas los equipos de salud de la “primera línea” se irán agotando o entrarán en cuarentena. Por lo que es necesario considerar a nuestra gente como parte de nuevos “grupos de choque” para el duro tiempo que se aproxima, que es el peak de contagios y muertes.

Necesitamos dejar de ser invisibles y pasar a tener un rol activo para así salir de esta crisis. Pero para eso necesitamos que las autoridades, más allá de los efectos políticos que dejaron las inesperadas salidas de Rosa Oyarce de la Seremía de Salud de la Región Metropolitana, de Juan Masferrer de la intendencia de O’Higgins y de Ivonne Mangelsdorff de la gobernación de Cachapoal, definan el rol que tendremos los odontólogos.

En nada contribuye la indiferencia, porque la salud los chilenos no pueden esperar.

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