Por Ricardo Ibáñez, abogado y fundador de DefensaDeudores.cl
El último Informe de Deuda Morosa USS-Equifax del segundo trimestre de 2024 da cuenta que la morosidad de los jóvenes registró una disminución de 23,7% en los últimos 12 meses.
Si bien es una buena noticia, es importante tener presente que en los últimos 7 años, los jóvenes de entre 18 a 30 años han ido concentrando, poco a poco, una mayor cantidad de demandas de cobranza en contraste con los adultos mayores, de acuerdo al estudio “Evolución de las demandas de cobranza entre 2017 y 2024” de DefensaDeudores.cl y Unholster.
Según este estudio el 64,4% de los deudores ha enfrentado más de una demanda, con un promedio de 2,5 demandas por persona, lo que evidencia la gravedad del problema.
El estudio también revela que del total de demandados por deudas, el 64,6% son hombres y el 35,4% son mujeres. A eso se suma que las personas entre 31 y 50 años, en pleno peak de su edad productiva, son quienes más reciben demandas por deudas. Este grupo, que suele endeudarse para cubrir necesidades básicas y bienes de consumo, enfrenta un riesgo mayor de morosidad y quiebra, exacerbado por la escasa educación financiera en el país.
Las cifras también dejan en evidencia que el endeudamiento en Chile está muy asociado a bienes de consumo y no tanto a la adquisición de bienes durables, que se pueden transformar en capital de trabajo o emprendimiento. De hecho, un peso relevante de las demandas de cobranza provienen del sector retail.
Este panorama nos invita a reflexionar sobre las causas profundas del endeudamiento en Chile y a tomar medidas para evitarlo. La educación financiera temprana es clave, pero debe ir más allá de solo enseñar a ahorrar o invertir, tiene que inculcar la importancia del valor del dinero, del crédito y las implicaciones de los gastos.
Tampoco basta con enseñar estos conceptos en las aulas sin involucrar a las entidades financieras. La bancarización temprana no debe ser vista simplemente como una estrategia comercial, sino como una oportunidad para empoderar a las nuevas generaciones. Tienen la oportunidad de integrar la educación financiera en sus servicios para contribuir a formar individuos financieramente responsables.
Es fundamental que como sociedad nos comprometamos a fomentar la educación financiera, solo así podremos garantizar que las futuras generaciones sean consumidores informados y también ciudadanos responsables que entiendan el valor del dinero y su impacto en la sociedad.