Dr. Alexis Castillo, investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Católica del Maule, doctor en Ciencias Aplicadas mención sistemas marinos costeros.
“El mar es el gran unificador para el Hombre. Todos estamos en el mismo barco”. Esta es una de las frases que utilizó el extinto explorador, Biólogo Marino y navegante Jacques Cousteau (1910-1997), para referirse a la íntima dependencia del Homo sapiens y de todas las formas de vida con los océanos.
Estos son parte importante de nuestra cotidianidad, aunque no todos vivamos y convivamos en zonas costeras. El Océano es pieza fundamental del sistema climático de la Tierra, ya que es responsable del transporte y la redistribución del calor y energía en el globo, manteniendo la homeostasis planetaria. Es también, una fuente importante de alimento de gran calidad nutricia y fuente de recreación infinita, entre una larga lista de otras cualidades.
Sin embargo, solo nos acordamos de los océanos cuando celebramos su día, el 8 de junio de cada año. Aunque el concepto del “Día Mundial de los Océanos” fue propuesto por primera vez en la cumbre de la Tierra en Río de Janeiro celebrada en 1992, no fue hasta el 2009 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas designa esta fecha, de acuerdo a la Resolución 63/611 aprobada por la Asamblea General el 5 de diciembre de 2008.
Más allá de una mera celebración, lo que ocurre es que la humanidad reconoce los derechos de los océanos en su más amplio contexto. Pero estos derechos no necesariamente tienen un sentido jurídico, sino que más bien apelan a que es “nuestro deber y nuestra obligación” (como civilización) cuidarlos, protegerlos y conservarlos.
Hoy, la sociedad chilena ha entendido que es de suma importancia generar un marco jurídico superior que consagre la protección y conservación de la naturaleza. Prueba de ello es que en la actual propuesta borrador de Texto Constitucional incorpora una serie de artículos donde se establecen derechos de la naturaleza, siendo deber del Estado y la sociedad protegerlos y respetarlos. Si bien Chile cuenta con un marco normativo nacional que protege, en alguna medida, los cuerpos de aguas asociados al territorio (i.e. ríos, lagos, mar territorial, mar interior austral, etc.), este aún es insuficiente para protegerlos como es debido. Es por esta razón, que como sociedad debemos actuar en pos de la protección de los océanos, especialmente la porción de Océano Pacifico y Océano Sur que baña nuestro territorio.
No debemos esperar a la aparición de un nuevo marco regulatorio que nos obligue a cuidarlo, protegerlo y conservarlo. Más aún, que los océanos son considerados verdaderos recursos esenciales para asegurar la supervivencia actual y futura de todas las formas de vida, incluyendo la nuestra.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.
