Parlamentarios de la Comisión de Educación esperan que mandatario impida a que se sigan materializando este tipo de hechos y toda clase de actividades que redunden en un resultado ofensivo, discriminatorio, que “apologice” en torno a conductas ilícitas o criminales, “a fin de cuentas, no se enmarque en la contribución social que la Universidad de Chile está llamada a concretar”.
Los diputados de Renovación Nacional de la Comisión de Educación, Marcia Raphael y Hugo Rey, solicitaron al Presidente Gabriel Boric – en el ejercicio de las competencias establecidas en el artículo 9° del DFL Nº153/1981 del Estatuto de la Universidad de Chile, que intervenga para velar por los principios y valores de la institución tras la polémica desatada por la publicación de las tesis o memorias de licenciatura para acceder a grados académicos de pre y postgrado la Facultad de Filosofía y Humanidades, donde se constata “una abierta apología, justificación y relativización de conductas que son plenamente ofensivas de las garantías de los niños, niñas y adolescentes”.
La diputada Marcia Raphael fue enfática en afirmar que “la Universidad de Chile tiene una responsabilidad social que es incompatible con los hechos que hemos conocido. Tal es la importancia de dicha casa de estudios que parece relevante que el Presidente ejerza su rol como patrono de la misma e impulse los cambios y las medidas disciplinarias para superar un episodio que puede causar un daño irreparable”.
Según consta en el escrito, los parlamentarios cuestionan la “suerte de defensa de conductas de pederastia o pedofilia y relativizan las relaciones sexuales entre personas adultas y otras menores de edad, afectando así la defensa irrestricta que debe hacerse de la indemnidad y de la autodeterminación sexual de los menores de edad, lo que se encuentra tutelado en nuestra legislación interna, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en una serie de instrumentos internacionales vigentes en nuestro país”.
Entre los trabajos académicos, el más bullado es el titulado “Pedófilos e Infantes: pliegues y repliegues del deseo”, además título: “El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo”. En ambos casos, según los diputados, queda en evidencia la apología a este tipo de conductas, así como “la vinculación que realizan entre las labores pedagógicas que ejecuta todo educador y las intenciones de relaciones de connotación sexual con los niños y jóvenes educandos”.
A pesar de que la facultad hizo pública una declaración en que asocia gravedad a los hechos, “plantea que no puede ejercer mayores mecanismos de control por tratarse de elaboraciones exclusivamente intelectuales, desconociendo el poder o influencia que ejercen las ideas al interior de las sociedades y demostrando un ejercicio reflexivo paupérrimo, pese a tratarse de una unidad de estudios que cultiva la Filosofía”, dice el escrito.
En ese sentido el diputado Hugo Rey dijo que “lo ocurrido en la Universidad de Chile no es baladí, y demanda una respuesta institucional severa y no una reivindicación desde la autonomía. La apología de conductas criminales como la pedofilia lejos de constituir un ejercicio académico protegido por la autonomía, es algo que debe ser perseguido y sancionado, y en ese orden de cosas parece una buena señal para la sociedad que el Presidente se involucre y ejerza un rol para perseguir responsabilidades”.
En el escrito, Marcia Raphael y Hugo Rey hacen ver al Presidente Gabriel Boric “la necesidad de cautelar los derechos de la infancia y la niñez, evitando que nuevos acontecimientos de este corte se materialicen”. Y le piden al mandatario que le “plantee a la Sra. Rosa Devés, Rectora de la Universidad, la necesidad de instruir a la brevedad posible un sumario que permita esclarecer estos hechos y exigir eventuales responsabilidades disciplinarias, con el objeto de, si resultare necesario, separar de sus funciones a quienes no obran de conformidad con los principios que deben informar la acción de la Universidad de Chile”.
