Analista de la UCM sobre migrantes: “tienen una fuerza muy potente para deconstruir la democracia”

29 agosto, 2022

En su investigación más reciente, el director del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule, Javier Agüero, también autor de varios libros, plantea que la figura de los migrantes desarticula la idea de un pueblo homogéneo, desterritorializa la política y puede ampliar a la mismísima democracia.

Si bien un alto número de personas migra por elección, muchas otras lo hacen por necesidad, obligadas principalmente por crisis económicas, desastres naturales y persecución política, étnica, religiosa o racial. El viaje no siempre garantiza un futuro seguro y digno.  

“El migrante latinoamericano es una figura llena de carencias y en extremo vulnerable. Es discriminado, vive en condiciones de hacinamiento y sin derechos políticos, con dificultad para insertarse en términos laborales”, señaló el director del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule (UCM), Javier Agüero, quien investiga el fenómeno migratorio, a través de un proyecto financiado por la Fundación de Intercambio Cultural Alemán – Latinoamericano (ICALA).

“El proyecto que cerrará en unas semanas, analiza las migraciones en clave filosófica. Me interesa entender el fenómeno en su intensidad y densidad más profundas”, sostuvo el también doctor en Filosofía de la Universidad de París y autor del libro en francés “Chili: les silences du pardon dans l’après Pinochet” (“Chile: los silencios del perdón después de Pinochet”). 

Agüero, quien incorpora en su estudio el concepto de “deconstrucción” del filósofo francés Jacques Derrida, propone que los flujos migratorios terminarán reorganizando algunos paradigmas.

“El migrante tiene una fuerza muy potente para deconstruir las democracias contemporáneas porque desarticula la idea de un pueblo homogéneo y de una sola cultura, lengua y tradición y extiende los límites geográficos. Bajo esa perspectiva, el migrante desterritorializa lo político y tensiona a un punto muy alto la idea de Estado-Nación. La figura del migrante tiende a hacernos pensar una nueva forma de colectividad, de vivir en comunidad”, enfatizó.

No son conscientes de su poder

En opinión del académico, la población migrante -compuesta por un millón 460 mil personas aproximadamente- no advierte en toda su dimensión el impacto de su presencia en Chile.

“El migrante no es por completo consciente de todo esto que construye a su alrededor y de la desmantelación del imaginario clásico que tenemos de la democracia. La democracia en sí misma y a mi juicio no posee límites; siempre puede excederse a sí misma”, afirmó.

Agüero criticó asimismo la ausencia de una mirada a largo plazo, más allá de las medidas punitivas, como las expulsiones.

“El flujo migratorio se ha cuadruplicado en los últimos 15 años y lo que hemos visto es que nuestra democracia y sistema político no estaban preparados para recibir al migrante en buenas condiciones. Una política oxigenada de largo aliento, no políticas circunstanciales que busquen solucionar el problema aquí y ahora, ha estado ausente en Chile. Hablamos de un fenómeno que no va a parar y que fuera su tabulación política, debe ser comprendido en toda su complejidad. Los gobiernos no han estado en esa, y más bien se han dedicado a contar migrantes y a ver qué se hace respecto a la coyuntura y la emergencia”, resaltó.

El proyecto del académico, que se titula “Democracia migrante, una indagación filosófica en torno a la figura del migrante contemporáneo”, inspiró además un libro, que será publicado próximamente.

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