Se aproxima el verano, y las altas temperaturas se dejan sentir, y entre ellas las olas de calor cobran relevancia en especial para las Personas Mayores, pues pueden causar mortalidad y morbilidad que no son evidentes de forma inmediata debido a varias causas, según OMS, en particular para aquellas personas con múltiples enfermedades o que se encuentran más vulnerables.
Manifestaciones clínicas:
Dolor de cabeza, fatigabilidad, mareos, hiperventilación, somnolencia, pérdida de funcionalidad, cambios en el apetito, caídas, desorientación e incluso agitación.
Clínicamente el adulto puede mostrar señales como disminución de la orina, enrojecimiento en la piel, ausencia de sudoración, calambres, cambios en el nivel de conciencia, encamamiento y constipación, entre otras.
Además, se debe poner atención a síntomas que deriven de una reacción de la terapia de base que impacte negativamente a la persona mayor, pues al verse más concentrada por la deshidratación, y afectada su eliminación por el riñón, puede aumentar el efecto del fármaco siendo contraproducente. Por ejemplo, diabéticos que usan insulina, o enfermos del corazón que utilizan diuréticos u otros antihipertensivos.
Parámetros de alarma:
Convulsiones,
Dificultad para despertar / Somnolencia / Sopor
Disminución de la Presión o Frecuencia Cardiaca pro sobre 100
Desaturación
RECOMENDACIONES:
- Acceso a pronóstico meteorológico
- Medición de temperatura dentro de la casa
- Usar alertas ya conocidas de temperaturas de riesgo
- Evaluar estado de hidratación periódicamente (revisar humedad axilar, eliminación de orina)
- Mantener una hidratación adecuada mediante una ingesta apropiada de líquidos: ideal entre 2 a 3 lts al día.
- Evitar bebidas azucaradas, alcohol y cafeína, ya que aumentan pérdida de líquidos
- Ingerir en Ayunas 300 – 400ml
- Durante las Comidas procurar consumir 1 y medio vaso agua, para evitar saciedad y permitir una buena nutrición.
- Entre comidas: 3 – 4 vasos (según indicación médica)
- Por cada 1° temp ambiente que lleve temp corporal por sobre 37 °, aportar 300ml extra.
- Diarrea o vómitos: adicionar 600 ml aprox
- Taquipnea: aumentar ingesta en 600ml más aprox (si hay alguna patología cardiovascular, consultarlo con médico tratante)
- Revisar el uso de medicamentos, incluido aquellos de venta libre (p. ej. medicamentos antiinflamatorios no esteroides [AINE] porque pueden exponer a daño renal mayor)
- Programar actividades al aire libre cuando las temperaturas sean más bajas, generalmente antes de las 11 a. m. o después de las 6 p. m., incluso si no se ha emitido una advertencia de calor.
- Usar ropa holgada, liviana y de colores claros. Usar protector solar y sombrero cuando salga de casa.
- Planificar opciones de enfriamiento en caso de que las temperaturas interiores o exteriores excedan los límites de seguridad.
- Usar calzado que proteja los pies de superficies calientes, especialmente para pacientes con neuropatía diabética
- Tener un catastro de vecinos que vivan solos y ojalá números de contacto de familiares.
- Muchas personas mayores tienen mascotas, por lo que se sugiere sacarlas en horarios de menos calor, porque con pavimento caliente pueden quemarse y generar movimientos bruscos que fomenten caídas en los mayores.
Opciones de enfriamiento
- Los ventiladores son seguros y potencialmente beneficiosos en adultos jóvenes sanos (de 18 a 40 años) y personas mayores sanos (> 65 años) a temperaturas inferiores a 39ºC/102ºF y 38ºC/100ºF respectivamente.
- Aire acondicionado: Pueden ser una buena ayuda, sin embargo, el costo de instalación como de funcionamiento, es una limitante.
- Refrescamiento en áreas públicas: Incentivar el poder asistir a Piscinas o de climatizar lugares como espacios de culto, Bibliotecas, Centros de Personas Mayores, Organizaciones vecinales, etc.