DECLARACIÓN COMUNIDAD JUDÍA DE CHILE
Con profunda consternación, expresamos nuestras más sentidas condolencias por el asesinato a sangre fría, por el simple hecho de ser judíos, de Sarah Lynn Milgram (26) z”l y Yaron Lischinsky (28) z”l, dos miembros del equipo de la Embajada de Israel en Washington, cobardemente atacados frente al Museo Judío de dicha ciudad, mientras el agresor gritaba “Palestina libre”. Solidarizamos con sus familias, amigos, colegas y con toda la comunidad israelí y judía en este difícil momento.
Este atentado, es una expresión brutal de antisemitismo, un crimen motivado por odio, que debe ser condenado de forma categórica y sin ambigüedades por todos quienes dicen defender los derechos humanos y la paz. Lamentablemente, nuevamente el silencio de quienes callan sin ningún tipo de vergüenza, resulta ensordecedor.
Más alarmante aún es que hemos visto cómo, incluso ante un hecho tan atroz, algunos optan por justificar lo injustificable, relativizar el dolor, o incluso celebrar públicamente la muerte de inocentes.
Hemos visto con horror como en redes sociales y en comentarios referentes a la noticia, hay quienes expresan su deseo de que “hubiera más muertos”, celebrando o empatando el asesinato de civiles con el conflicto en Medio Oriente. Esta reacción no solo es deshumanizante, es peligrosa. El terrorismo puede comenzar con los judíos, pero nunca termina ahí. No se puede justificar la violencia contra quienes piensan distinto ni utilizar causas políticas o ideológicas como excusa para asesinar. Apagar el fuego con bencina no es, ni será nunca, la solución.
No puede normalizarse que vivir como judío, en cualquier país del mundo, implique sentir miedo o estar en peligro.
A quienes alientan consignas violentas sin pensar en sus consecuencias, a quienes protestan sin distinguir entre crítica legítima y antisemitismo, les pedimos reflexionar. Las consecuencias de la incitación irresponsable son reales. Son trágicas.
Desde la Comunidad Judía de Chile, reafirmamos nuestra lucha contra el odio y con la condena sin matices de todo acto de terrorismo. Ninguna causa lo justifica. Nunca.
