- Los secuestros han aumentado en un 28% respecto del primer semestre del 2024, según Héctor Barros, fiscal jefe del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios, cifra que grafica cómo el crimen organizado ha permeado en el país. Sin embargo, para investigadores en la problemática, aunque el problema ha crecido, Chile presenta una institucionalidad sólida y debe trabajar tanto en la prevención como en la persecución para frenar el fenómeno.

Santiago, 9 de julio de 2025.- El secuestro del exalcalde de Macul, Gonzalo Montoya, es solo uno de los hechos vinculados al crimen organizado que ha encabezado los titulares en el último tiempo. A este se suma la formalización de militares por tráfico de drogas y asociación ilícita, así como la remoción del fiscal de Rancagua, Jorge Mena, por presuntos vínculos con el narcotráfico, solo por mencionar algunos.
Tras estos hechos, el fiscal jefe del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), Héctor Barros, entregó cifras sobre el incremento de los secuestros en la Región Metropolitana: «El secuestro ha aumentado en un 28% respecto de los secuestros que tuvimos el primer semestre del año recién pasado, y estamos teniendo durante este mes más secuestros que homicidios incluso, y eso es lo que nos tiene particularmente preocupados».
Y agregó que entre las cifras que más generan alerta están que «el año pasado y antepasado, el porcentaje que teníamos era: 80% homicidios y 20% secuestros. El día de hoy tenemos 60% homicidios y 40% secuestros, lo que siempre buscan son los mercados ilegales».
Si bien las cifras alertan sobre un aumento del crimen organizado y sus métodos, Pablo Carvacho, director de Investigación y Desarrollo del Centro UC Justicia y Sociedad e investigador del Núcleo Milenio de Complejidad Criminal, aseguró que, aunque es difícil conocer la magnitud de la situación —ya que el crimen organizado busca no dejar rastros ni huellas—, hay hechos que claramente grafican un problema: «Podemos hablar de una tendencia que empeora, pero no de una realidad objetiva respecto de la penetración del crimen organizado en el Estado. En otras palabras, algo ha empeorado, pero no sabemos cuánto ni dónde, solo podemos tener algunos indicios”, indicó Carvacho.
Respecto de la penetración del crimen organizado en el Estado, Catalina Droppelmann, directora ejecutiva del Centro UC Justicia y Sociedad y del Núcleo Milenio de Complejidad Criminal, concuerda en que, a pesar de que se está experimentando un aumento en los delitos relacionados con el crimen organizado, el país ha mostrado fortaleza institucional.
“Chile, en general, cuenta con una institucionalidad bastante sólida. Las bandas criminales que han tratado de ingresar al país, en general, se han desbaratado. Los secuestros, a pesar del aumento que vimos recientemente respecto de los secuestros extorsivos, son elementos que se tienen bajo control, que en general se resuelven. Es decir, yo creo que no se ha expandido más rápido debido justamente a la fortaleza institucional que tiene Chile”, explicó Droppelmann.
¿CÓMO LOGRÓ EL CRIMEN ORGANIZADO ESTABLECERSE EN CHILE?
Si bien el país aún presenta un Estado de derecho en forma y se ha mostrado resiliente frente a la entrada de redes criminales más complejas, Pablo Carvacho dijo que «en ese sentido, el Estado de Chile se vio desprevenido frente a un fenómeno que pensaba que era ajeno a nuestra realidad”.
Para poder entender la expansión del crimen organizado, hay que considerar una serie de factores, comentó Catalina Droppelmann. Entre ellos, el hecho de que se trata de un fenómeno global que depende de situaciones que ocurren en otros países, además de Chile.
“Un ejemplo claro es la migración, que ha aumentado no solo en Chile o hacia Chile, sino que, en general, es un fenómeno que se está expandiendo en el mundo. Otro elemento importante tiene que ver con la globalización, con los avances de las tecnologías, con el aumento del mundo digital y del ciberespacio como un lugar que también abre oportunidades a la expansión de mercados ilegales. En Chile hay elementos un poco más particulares que tienen que ver con la zona fronteriza, lo que claramente facilita también el tránsito de drogas y de los mercados ilegales, así como su penetración”, mencionó la experta.
PREVENCIÓN Y PERSECUCIÓN
Quienes se ven más afectados por el crimen organizado —y por la delincuencia en general— son las poblaciones más vulnerables. Y es que los lugares socialmente excluidos presentan mayores tasas de victimización, fenómeno que ocurre en todo el mundo, explicó Catalina Droppelmann.
“El crimen organizado aprovecha las vulnerabilidades de las personas para poder abrirse camino, para poder ofrecer oportunidades de reclutamiento. También victimiza mucho más a las personas vulnerables, como es el caso, por ejemplo, de mujeres que son víctimas de trata o de niños que son utilizados en los mercados ilegales, personas con consumo problemático de drogas, o que no tienen oportunidades en el mercado formal”, agregó.
Para prevenir este fenómeno, es crucial trabajar con niños, niñas y jóvenes para que se mantengan en espacios prosociales, vinculados a la escuela y con la posibilidad de desarrollar proyectos de vida alejados del delito, enfatizó Pablo Carvacho.
Y junto con prevenirlo, también hay que perseguirlo. “El crimen organizado, que es una forma de complejidad criminal, requiere atacarse con inteligencia estatal, lo que supone más recursos y capacidades enfocadas no solo en la expresión criminal —secuestros, homicidios, extorsiones—, sino también en la organización criminal misma: es decir, sus flujos de dinero, su estructura y líderes más importantes, el lavado de dinero, etc. Para eso, el Estado debe mirar más lo que subyace a los delitos y empezar a atacar a las organizaciones criminales, y no solo lo que hacen”, dijo el experto UC.