Declaración Pública
El Ministerio Público reiteró su decisión de no perseverar en la investigación penal en mi contra, por no encontrar antecedente alguno que pudiera presumir la existencia de delitos.
Después de casi tres años de investigación, pude demostrar mi inocencia. Siempre expresé esa certeza, pero ahora se confirma. Cometí un error, que asumí inmediatamente y sin ambigüedad, pero esto confirma que nunca hubo ilegalidad alguna y tampoco algo que afectara la independencia de mi labor pública.
Cuando asumí como diputado debí poner término a las asesorías que realizaba. Era el trabajo de consultor en el que desempeñaba por años, pero había un potencial conflicto de interés que debí ver y despejar a tiempo. En mí recaía la responsabilidad de advertir ese hecho, y no lo hice. Pero, al mismo tiempo, tras esta incisiva investigación, queda demostrado que nunca hubo una conducta impropia.
Ahora, tal como lo pudo establecer la Fiscalía, quedó absolutamente claro que nunca existió un asomo de delito en mi labor pública. Es decir, como diputado representé a la gente que me eligió y no hubo nada que reprochar.
Siempre expresé la certeza de haber actuado honestamente y, por esa razón, esperé con serenidad este resultado. Sin embargo, ello no alejaba un dolor, porque para alguien como yo, que comencé mi actividad política en la lucha contra la dictadura, que me formé en los valores y el ejemplo de un viejo comunista como mi papá y en la severa integridad de una mujer adventista como mi mamá, esa acusación hería profundamente mi sentido del honor. Sabía que este momento iba a llegar y que podría hablar desde mi inocencia.
En definitiva, el Ministerio Público decidió no continuar con su investigación en mi contra porque no había antecedentes de un hecho ilegal. Por eso nunca, ningún fiscal, pudo ni siquiera formalizar, que es el paso mínimo para imputar algo.
Puedo decir con orgullo que enfrenté esta causa como ciudadano: renuncié a toda posición de poder y en mi causa jamás hubo presiones políticas a la Fiscalía; declaré voluntariamente ante los fiscales a cargo, como corresponde a la transparencia debida cuando asumimos un rol público; entregamos toda la información solicitada y aportamos los antecedentes que permitieran las indagatorias; nunca litigamos por los medios, que es otra vía para presionar la Justicia; y esperamos con paciencia una decisión.
Siempre entendí que podía haber una duda, que en medio de tantas denuncias hubiera alguna sospecha. Pero también sabía que este momento llegaría y que debía enfrentar esta causa con serenidad y entereza.
Jorge Insunza G.
