Eduardo Arévalo Mateluna presenta el libro “Qué es ser papá” donde revela detalles desconocidos de la demanda por paternidad y pensión contra Patricio Yáñez

6 junio, 2022

Las historias de vida del humorista Paul Vásquez, el actor Felipe Armas o el ex seleccionado Patricio Yáñez son las que cuenta Eduardo Arévalo Mateluna en su libro “Qué es ser papá”. Son historias humanas que giran en torno a la figura del padre, de las que el autor revela detalles hasta ahora desconocidos.

“Cuando tomé la decisión de escribir este libro, lo hice después de vivir una serie de situaciones que, estimo, pueden servir de ejemplo para todos aquellos que son llamados “padre” o “papá”, conceptos que, si bien parecieran ser lo mismo, marcan entre ellos una importante diferencia que merece ser analizada”, escribe en la introducción del texto que saldrá próximamente a la venta. 

Arevalo Mateluna es un escritor chileno que ha forjado su experiencia de vida como director jurídico de un reconocido estudio de abogados. Es un destacado asesor en materias legales y administrativas de figuras públicas y empresas, liderando mediáticos casos que han sorprendido a la opinión pública. Es consultor de la organización “Legado a las Américas”.

En el mundo social, destaca por ser el presidente de la Corporación Deportes Down y Director General de las jornadas internacionales “Juegos Deportivos Down”.

En el capítulo VIII de “Qué es ser papá”, titulado “Un Pato Yáñez para su hijo”, Arévalo Mateluna recuerda la historia del seleccionado nacional Patricio Yáñez, quien fue demandado por paternidad y posteriormente por la pensión a su hijo.

En esa ocasión, el hoy comentarista deportivo debió someterse a una prueba de ADN tras la demanda interpuesta por su ex pareja Nancy Sandoval, la madre del hijo de ambos.

A continuación, una serie de extractos del capítulo donde cuenta la historia:

“¿Y a cuánto asciende la pensión que tanto cuesta que pague? Según lo señalado por la madre del menor, a la miserable suma de 50 mil pesos mensuales. Sí, como lo lee: 50 mil pesos mensuales, ya que, ante el Tribunal de Familia, Yáñez señaló que percibía ingresos que no eran superiores a 500 mil pesos mensuales. ¿Acaso alguien cree que el gran Patricio Yáñez gana 500 mil pesos mensuales?”.

“Este hijo, que también lleva por nombre el de su padre y, valga decir, que además (en su matrimonio que ya se encuentra divorciado) tuvo tres hijas y con su actual pareja tiene otro hijo varón que también se llama Patricio Yáñez, pero que seguramente no ha tenido que pasar por todo lo que ha sufrido su hijo Patricio, el mayor. Tristeza o rabia es el sentimiento que a muchas personas le puede provocar el hecho que este pequeño hijo, al ver a su padre en la televisión, se abrazaba al aparato e inocentemente besaba la pantalla, acciones que seguramente le hacían sentir o transmitir cariño a su padre o de estar cerca de él. Este deseo por conocer físicamente a su padre y sentirlo llegó a tal extremo que la madre evaluó la posibilidad de iniciar en contra del jugador una acción procesal que se denomina “demanda de relación directa y regular” para que fuera la Justicia la que lo obligara a ver a su hijo”. 

“Esta idea finalmente fue desechada únicamente porque no se puede obligar a un padre a querer a su hijo: ese es un deber moral, que nace de un sentimiento que, si no se tiene, simplemente no se tiene. Según información recabada de antiguas noticias en que 

se referían a estos hechos, la madre del menor señalaba que la crueldad en la falta de cariño y amor era tan grande que cuando se lograba algo de parte del delantero, este enviaba a su chofer y así se evitaba el contacto”. 

“La conducta que hemos visto de parte del ex seleccionado -al menos frente a su hijo- nos señala con decepción que le ha hecho a su hijo un verdadero “Pato Yáñez” con la diferencia 

que este grosero, burlesco y famoso gesto se ha mantenido imaginariamente por casi 25 años, gesto que incluso también extendió a los Tribunales de Familia al señalar que lo que 

ganaba eran $500.000 mensuales y por ello hoy en día paga una pensión de alimentos de $50.000, más la obligación de pagar la universidad, pago que cumplió solo los tres primeros meses según información recopilada”.

En la parte final, el autor escribe:

“Pregúntese:

– Si usted es separado y paga pensión de alimentos, ¿cree que entrega lo suficiente a su hijo? ¿Podría vivir dignamente con eso?

– ¿Cuáles cree que son las herramientas que necesita su hijo para desenvolverse exitosamente en la vida? ¿Cómo le ayuda a conseguirlas?

– ¿Alguna vez ha mentido sobre su sueldo para que no le cobren una pensión de alimentos tan alta? ¿Cómo se sintió?”.

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