Estudiantes de la Escuela de Arquitectura y Diseño de PUCV apoyan a afectados por incendios en Viña del Mar

16 abril, 2024
El nivelado, despeje de los terrenos y asesorías para el proceso de la reconstrucción, fue parte del trabajo desplegado.

Más de 300 estudiantes, de entre primero y quinto año de la Escuela de Arquitectura y Diseño (EAD) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso trabajaron durante dos semanas para apoyar a las familias que perdieron sus hogares durante el pasado incendio de febrero en Viña del Mar. Los jóvenes acudieron hasta Villa Independencia donde colaboraron de manera voluntaria en el retiro de escombros y entregaron asesoría técnica para avanzar en la reconstrucción de sus casas.

El coordinador del voluntariado fue el académico de la EAD, Álvaro Mercado, quien recordó que posterior al incendio el decanato de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y la dirección de la EAD se comunicó con la Municipalidad de Viña del Mar, a través de la Secretaría de Planificación (SECPLA), pues están desarrollando algunos proyectos en conjunto, lo que ayudó a que la comunicación post incendio fuera más rápida y fluida.

“Uno de los requerimientos para recibir la vivienda de emergencia es que se encuentren limpios los terrenos, despejados y nivelados. La primera acción fue entregar apoyo físico y posteriormente ofrecimos asesoría técnica para los procesos de autoconstrucción. La acción institucional siempre es más lenta que la necesidad, algunos comenzaron a construir al día siguiente del incendio”, sostuvo Mercado.

Uno de los problemas que encontraron fue que las personas al autoconstruir no cumplen con la normativa vigente y por lo tanto no reciben los subsidios que otorga el Estado. En ese sentido, desde EAD también están trabajando en una tercera vía para pensar soluciones en relación a planificación y cómo abordar la reconstrucción para los próximos cinco a 10 años.

Indicó que la asistencia técnica consistió en entregar ciertas directrices para cumplir con la normativa de distanciamiento y adosamiento. “Nos contactamos con SECPLA para que la asistencia técnica fuera efectiva, ellos nos ayudaron a conseguir los casos y nosotros los ubicamos. Trabajamos con los vecinos de Villa Independencia y se sumó el sector de Los Almendros. Una de las acciones a futuro es continuar con la asistencia técnica a través de los talleres de Arquitectura y las acciones de mediano plazo con el desarrollo de proyectos e ideas”, complementó Mercado.

La EAD cuenta además con un observatorio urbano, quienes están comenzando un estudio respecto a los efectos del incendio y cómo actúa la interfase urbano-forestal. Los expertos se dieron cuenta que existen ciertas áreas verdes que deben potenciarse como espacios de refugio, tal como ocurrió con algunas multicanchas, quebradas o sitios eriazos.

LA VOZ DE LOS ESTUDIANTES

Los estudiantes valoraron la instancia de conocer el impacto del incendio y aportar con lo aprendido en la PUCV. Matías Mondaca, trabajó en el ámbito de la asistencia técnica. “Antes de ir a la zona afectada nos capacitaron y fue enriquecedor ver cómo mis compañeros y compañeras tenían ganas de ayudar. Salimos de la teoría para ver casos reales de viviendas que se perdieron. Es un crecimiento recíproco. Ellos buscan respuestas y nosotros podemos aportar con nuestro conocimiento. Hemos estado analizando diversas aristas de porqué ocurrió el incendio, más allá de la intencionalidad, en términos de cómo estaba el sector. La idea es que no se repita esta emergencia”, reflexionó.

Michelle Berríos también colaboró con la asistencia técnica. “Creo que fue muy positivo, tanto para los estudiantes como para las personas que se vieron afectadas. Esto debe abordarse como sociedad. Es pequeño lo que hicimos, si consideramos lo gigante de las necesidades que existen. Es valioso que la academia desarrolle esta asistencia de una manera más sistemática, donde una de las problemáticas más grandes es la segregación o desigualdad territorial, no sólo cuando hay catástrofes grandes”, afirmó.

Ignacio Araya destacó el ámbito de la accesibilidad universal, donde añadió, claramente existen desigualdades en el territorio. Por su parte, Andrés Larrondo estuvo trabajando en la remoción de escombros. “Fue una experiencia muy positiva para ambos, tanto para nosotros como para quienes recibieron el apoyo. Nos dimos cuenta que no había mucha ayuda de externos y uno nota las reacciones de las personas y por la magnitud de lo ocurrido se necesita bastante todavía. Desde lo reglamentario de la Arquitectura es difícil dar una respuesta en un comienzo. Como personas podemos ayudar a mejorar las condiciones. Se requiere complementar lo académico con lo social para que el alumno tenga experiencia y pueda colaborar de forma activa a las personas que se vieron afectadas. No quedarse solo en la sala de clases, sino que también llevarlo a la práctica”, concluyó.

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