A fines de 2024, Daniel Durán, académico de la Facultad de Ingeniería y Negocios de la Universidad de Las Américas, publicó una investigación en la que reveló que cada año se desperdician 5,2 millones de toneladas de alimentos en Chile, y que un 68% de las frutas y verduras producidas en el país no llega a consumirse.
En tanto, de acuerdo a datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el mundo cada año se desperdician más de 1.050 toneladas de alimentos, lo que evidencia un verdadero sinsentido, sobre todo si se considera que según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, la pérdida y el desperdicio de alimentos genera entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que representa casi cinco veces las emisiones totales del sector de la aviación. De hecho, si el desperdicio de comida fuese un país, sería el tercero más contaminante del mundo.
Por ello, WWF -la principal organización de conservación de la naturaleza a nivel global- y Cheaf -plataforma tecnológica que permite a supermercados, restaurantes y tiendas ofrecer sus excedentes, mientras que los clientes pueden rescatarlos con importantes descuentos- decidieron lanzar la campaña ‘Hasta la última miga’, la que pretende aunar esfuerzos para concientizar sobre las implicancias del desperdicio de alimentos en el país y los desafíos pendientes en la materia.
“El desperdicio de alimentos es un problema enorme, cuya principal solución pasa por un cambio en nuestra forma de consumo y nuestros hábitos. Somos conscientes de que aquello no es una tarea simple, y también sabemos que se requiere de la colaboración de todos los sectores de la sociedad para lograr los cambios que tanto anhelamos. Desde ahí nace esta colaboración con WWF, que es un primer impulso para generar awareness respecto de este problema y comenzar a colaborar juntos en las soluciones”, asegura Benjamín De Oto, Country Manager de Cheaf Chile.
Por su parte, Uri Colodro, coordinador de Cambio Climático y Ciudades de WWF Chile, expresa que “la pérdida de alimentos no solo es un desperdicio de recursos valiosos, sino una amenaza directa a nuestra seguridad alimentaria y al equilibrio del planeta. En un contexto marcado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, debemos rediseñar la forma en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos. Solo trabajando juntos, como lo estamos haciendo con Cheaf en esta alianza, podemos transformar este desafío en una oportunidad para nutrir un futuro más justo, sostenible y resiliente para todos.”
De este modo, durante las próximas semanas ambas organizaciones compartirán contenido informativo sobre el desperdicio de alimentos a través de sus redes sociales y la prensa, a la vez que presentarán soluciones y entregarán consejos para evitar este desperdicio en los hogares y los comercios.
“En un contexto de triple crisis planetaria (climática, de contaminación y de biodiversidad) se hace urgente unirnos para buscar soluciones a los problemas que nos aquejan como sociedad, y esperamos que esta colaboración junto a WWF vaya en esa dirección”, comenta De Oto.
Colodro coincide con esta mirada, y complementa que “mejorar prácticas y hábitos en torno a los alimentos es una de las acciones concretas que podemos emprender para enfrentar estas crisis. Al reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, junto con disminuir la presión sobre los recursos naturales y los territorios también fortalecemos nuestra resiliencia frente al cambio climático, al tiempo que impulsamos modelos más justos y sostenibles para las comunidades locales y los ecosistemas que las sustentan”.