Por segundo año consecutivo la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS), en su ranking global de instituciones de educación superior, midió las acciones que toman las universidades en materia de sustentabilidad, considerando a 1403 universidades de diferentes países, aumentando en más del doble las instituciones evaluadas respecto a la versión 2023.
La Pontificia Universidad Católica de Chile se ubicó en el primer lugar a nivel nacional, cuarta en América Latina y 159 a escala global, posicionando a la UC en el grupo del 11% de universidades más sustentables de esta medición.
Para elaborar la evaluación se tomaron en consideración criterios enmarcados en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fijados en 2015, que tienen como meta erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos(as).
Esta clasificación se divide en tres grandes áreas: Impacto Medioambiental, con las categorías, instituciones sustentables, educación en sustentabilidad e investigación en sustentabilidad; Impacto Social, con indicadores que miden igualdad, salud y bienestar, intercambio de conocimiento, impacto de educación, empleabilidad y resultados; y Gobernanza. Dentro de esta clasificación, la UC obtuvo un alto puntaje en las categorías impacto de educación, intercambio de conocimiento e investigación ambiental.
Guillermo Marshall, prorrector UC, sostiene que es muy relevante que los rankings internacionales reflejen el trabajo en sustentabilidad que ha venido haciendo la universidad todos estos años. A lo que agrega: “Los avances en gestión de campus, acción climática, la investigación y formación son muchos, pero sin duda tenemos aún más por delante. Las universidades debemos ser ejemplo para la sociedad, así que seguiremos trabajando para eso”.
En 2019, en el contexto de la realización de la COP25, la UC fue la primera universidad chilena en asumir su compromiso con la carbono neutralidad para el año 2038, lo que implica adelantarse en 12 años a la meta que se trazó el país para el año 2050. Es así como la institución desarrolló una Estrategia para la Acción Climática, coordinada por la Dirección de Sustentabilidad, que considera una serie de medidas que fueron analizadas por 10 mesas temáticas en las que participaron académicos, investigadores, profesionales, administrativos y estudiantes, guiados por el Consejo para la Acción Climática UC. El propósito principal es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación climática) y adoptar medidas para poder adaptarse a los efectos climáticos.
Entre las líneas que se están impulsando figura la apuesta por un uso eficiente de energía en edificios e infraestructura, transporte y movilidad sostenible, manejo de residuos y reciclaje, gestión eficiente de recursos de agua, y también el desarrollo de una cultura institucional que comprometa a la comunidad universitaria con las acciones climáticas.
