El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, pidió adoptar medidas urgentes para garantizar que niños, niñas y adolescentes sean protegidos contra la violencia en sus familias y en su entorno comunitario, en el contexto del lamentablemente fallecimiento de una niña de siete años y del grave estado de salud en el que se encuentra un bebé de nueve meses.
UNICEF alertó que Chile exhibe altos niveles de violencia en contra de niños, niños y adolescentes. Según la encuesta ELPI, 6 de cada 10 padres o madres reconoce usar métodos violentos en la crianza de sus hijas e hijos. Adicionalmente, la encuesta CASEN 2022 muestra el 56,6% de los hogares con niños y niñas declaran haber presenciado o vivido situaciones de violencia en su entorno residencial, peleas, amenazas, balaceras o disparos. En tanto, el 64% de niños, niñas o adolescentes ha estado expuesto a violencia en su comunidad (Encuesta Polivictimización, 2023), y según el informe nacional de víctimas de homicidios consumados en Chile de la Subsecretaría de Prevención del Delito (2025), en 2024 fallecieron 76 niñas, niños y adolescentes a causa de homicidios.
Según UNICEF, “las cifras que muestran los diferentes estudios dan cuenta que niños, niñas y adolescentes crecen y se desarrollan en contextos violentos y que el uso de la violencia, como práctica de crianza, se encuentra extendida y generalizada en los hogares. Asimismo, evidencian que el crimen organizado también está cobrando la vida de niños, niñas y adolescentes, quienes son víctimas indirectas de las acciones delictuales”.
El organismo internacional explicó que, aunque los contextos en los que ocurrieron los hechos de violencia son diferentes, en ambos casos se trata de situaciones de la máxima gravedad, donde los adultos responsables de su cuidado y protección fallaron en su rol, pero también fallaron las instituciones locales y nacionales a cargo de la prevención y cuidado de los niños, niñas y adolescentes.
UNICEF señaló que, junto con implementar medidas preventivas, el país debe atacar las causas estructurales de la vulnerabilidad a la violencia, entre ellas, la pobreza y la desigualdad. En ese contexto, recordó que la institucionalidad pública a nivel territorial, como consultorios, centros de salud familiar, jardines infantiles, escuelas, las oficinas de infancia en las municipalidades, oficina local de la niñez, quienes tienen el mandato y cuentan con las herramientas para identificar -a partir de su trabajo directo con niñas y niños- cuando éstos están expuestos a riesgos, como el maltrato en la familia, y actuar con sentido de urgencia, conforme a los riesgos o amenazas detectadas, para prevenir situaciones que incluso, han causado la muerte de tantos niños en los últimos años.