Opinión: El juego y la contención este verano

21 febrero, 2022

Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule.

Estos meses de verano continuamos en la incertidumbre, por lo menos la experiencia nos ayudará a sobrellevar el proceso hasta normalizar nuestras actividades. El bombardeo de información nacional e internacional sigue afectando a los más pequeños de la casa, quienes por su inmadurez y formación en desarrollo necesitan de los adultos para entender lo que sucede, precisando de mucha guía y, sobre todo, para calmar sus inseguridades y temores que el niño(a) no sabe canalizar.

Es importante seguir brindándoles mucha atención, procurar tiempo y dedicación; puesto que en estos dos años no han logrado llevar una buena y constante convivencia con otros, limitando su accionar principalmente por seguridad ante los contagios, han tenido que reprimirse para no interrumpir a los demás miembros de la familia que desempeñan sus labores de teletrabajo, sus vidas se han desarrollado en aislamiento social. Entonces, la comprensión y contención de la familia se hace sumamente valiosa para que puedan desenvolverse eficazmente y bajar los niveles de ansiedad, ahogo y desconcierto. 

Además, de lo anterior, los niños y niñas para sobrellevar la dinámica a la cual nos ha empujado la pandemia, necesitan ampliar sus posibilidades de juego, considerado como una actividad imprescindible que les permite desarrollar adecuadamente aspectos físicos, psíquicos y sociales. El juego será siempre el protagonista principal de la niñez, jugar es esencial, reporta gran satisfacción, diversión, descarga de emociones y ofrece innumerables oportunidades de aprendizajes estando solos, en compañía de la familia y otros, y con el mundo que los rodea.

  • Compartir actividades recreativas en familia: los niños(as) necesitan jugar, divertirse, explorar crear, imaginar, fantasear, incorporar rutinas entretenidas como: contar o crear cuentos y chistes antes de dormir, jugar en familia con juegos de mesa o replicar juegos como el pillo, las escondidas, la gallinita ciega, países, entre otros, cocinar o crear nuevas recetas en conjunto, escuchar música y bailar, salir a caminar o montar bicicleta, hacer manualidades utilizando material para reutilizar. Dejar que los niños(as) creen u organicen sus propios juegos, evitar interferir o dirigirlos; esperar la guía del niño(a) y las indicaciones del juego. 
  • Aprovechar las salidas: para que tengan la oportunidad de explorar y manipular elementos naturales y cultiven el contacto con la naturaleza, los niños(as) disfrutan del contacto, sobre todo en espacios abiertos para que se ejercite, corra, salte, ruede, trepe, y pueda reír o gritar libremente. 
  • Establecer tiempo para conversaciones en familia: con la finalidad de escuchar con regularidad a los niños(as) pequeños, comprendiendo que ellos viven de manera distinta los procesos. Destacar o felicitar la realización de tarea cotidiana (el refuerzo positivo es un buen estimulo).  
  • Permitir que llamen a sus amigos: por teléfono o videollamada de vez en cuando, recordar que los niños(as) establecen amistades, las cuales son muy importantes para ellos.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.

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