Reconocen a ex presidente de la comisión que estimó costo para mitigar impacto de desastres naturales

20 abril, 2024
  • Se trata del ingeniero Juan Carlos de la Llera, quien lideró propuesta de inversión elaborada por más de 80 expertos y científicos, que permitiría al país un ahorro anual de US$ 106 millones por amenazas extremas.

El ex decano y profesor de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Universidad Católica (UC), Juan Carlos de la Llera, fue reconocido por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo (CTCI) por su aporte a la resiliencia del país ante desastres de origen natural.

El pionero en tecnología antisísmica, elegido recientemente como nuevo miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos, lideró la Comisión para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (CREDEN), que estimó el costo para mitigar impacto de catástrofes en el país, en US$ 914 millones a 20 años.

“Desde este consejo, De la Llera articuló a múltiples actores con el objetivo de aportar desde el conocimiento, la tecnología y la innovación a la resiliencia del país ante desastres de origen natural. Este ejercicio convocó a más de 80 expertos y científicos”, destacó Silvia Díaz, presidenta del CTCI.

La titular del consejo reconoció la contribución del ex decano y profesor de Ingeniería UC, tras su paso como miembro de la entidad, y valoró además su búsqueda en sumar la contribución de las ciencias sociales y las humanidades a la resiliencia social del país.

“Su compromiso y prestigio, también permitieron que se creara el Instituto Tecnológico Público para la Resiliencia ante Desastres (…) un ejemplo y referente de cómo la CTCI puede articularse y servir a las grandes preocupaciones que compartimos como sociedad”, agregó Díaz.

De la Llera ha recibido importantes reconocimientos por ayudar a mitigar en hasta 10 veces los efectos de un movimiento telúrico. En 2013, la tecnología chilena fue incluida en el Better World Report de la Association of University Technology Managers, que registra los adelantos que permiten mejorar la calidad de vida en todo el mundo.

Asimismo, el ingeniero UC recibió el premio mundial Endeavor y Avonni, por su dedicación a generar cambios trascendentes para el país a través de la innovación, así como las distinciones Raúl Devés Jullian y de Gestión del Instituto de Ingenieros y del Colegio de Ingenieros de Chile, respectivamente.

Luego de encabezar Ingeniería UC durante 12 años, el ex decano impulsó una nueva estructura curricular interdisciplinaria hacia la innovación y el emprendimiento, que fueron reconocidas por el MIT en un ranking mundial que ubicó a la UC entre las instituciones de educación de ingeniería más emergentes.

Juan Carlos de la Llera es Ingeniero Civil UC, Doctor of Philosophy y Master of Science de la Universidad de California, Berkeley. Además, es investigador de Cigiden.

Propuesta de inversión

El informe presentado por CREDEN en 2016, dio cuenta que el país destinaba un promedio anual de 1,2% del PIB para mitigar los efectos de las catástrofes naturales, transformándolo en el miembro de la OCDE con mayor gasto por amenazas extremas.

Según dicho análisis, solo el terremoto y tsunami de 2010 produjo pérdidas de alrededor de 30 mil millones de dólares, un 18% del PIB. De ahí la importancia que tuvieron las recomendaciones y acciones propuestas prevenir los enormes costos sociales y económicos que provocan los desastres de origen natural.

CREDEN precisó entonces que el costo total de implementación de la estrategia nacional de resiliencia, estimada en unos US$ 914 millones a 20 años, tendría un beneficio-costo de 2,3. Esto significa que, por cada peso invertido en este plan, el país debiera recuperar 2,3 pesos.

Para el caso de terremotos, de acuerdo al informe, la razón beneficio-costo era de 2,5, demostrando la relevancia de aplicar programas para aumentar la resiliencia en países altamente sísmicos como Chile.

La inversión anual de llevar a cabo dicha estrategia, permitiría al país ahorrar hasta 106 millones de dólares al año mediante las menores pérdidas asociadas a los desastres de origen natural.

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