De acuerdo con la información recogida por la Encuesta Nacional del Empleo (ENE) en el trimestre móvil septiembre-noviembre de 2018, la tasa de desocupación nacional alcanzaría a 6,8%, es decir, 0,3 puntos porcentuales más que igual período del año anterior. Este resultado deriva de un crecimiento de la fuerza de trabajo de 0,9% a/a mientras los ocupados habrían crecido 0,5% en el mismo lapso. Por su parte, la tasa de desocupación desestacionalizada se mantuvo en 7,1%, mismo nivel del trimestre móvil anterior, lo que indica que un factor determinante de la evolución de la desocupación en este trimestre es la estacionalidad propia de estos meses.
El crecimiento de los ocupados deriva fundamentalmente del aumento en doce meses de los asalariados públicos (2,8%) y privados (0,5%).
Es relevante enfatizar, sin embargo, que las cifras que derivan de la ENE deben ser analizadas con cautela, ya que el proceso que conduce a esos resultados contiene actualmente limitaciones que solo podrán ser eliminadas gradualmente a lo largo de los meses que vienen[1]. El impacto de esa situación en el valor de las variables fundamentales que arroja la encuesta, es la existencia de sesgos que las afectan en dirección y magnitudes no factibles de determinar con exactitud en este momento.
[1] En particular, ello se conseguirá a través de la actualización del marco muestral con que se seleccionan las viviendas para el estudio (a contar de este boletín) y con la nueva metodología de calibración de los factores de expansión (a partir de la publicación del 31 de enero de 2019). Ambas medidas mejorarán paulatinamente la confiabilidad y precisión de la encuesta en la medición de la estructura y dinamismo del mercado laboral.
