Ante la grave agresión sufrida por el Fiscal Jefe de Puerto Montt, la asesora de prensa de la Fiscalía Regional de Los Lagos, y oficiales de la PDI el día lunes 29 recién pasado en las afueras del Juzgado de Garantía de Puerto Montt, señalamos lo siguiente:
1.-Repudiamos enérgicamente este ataque artero, injusto e incomprensible, nos parece una situación grave, pues nada justifica el uso de la violencia como medio de expresión y fundamentalmente porque el Fiscal y su equipo realizaron una investigación representando los intereses de la sociedad ante un delito deleznable como el que se investiga, a pesar de haber trabajado comprometidamente para reunir en breve plazo los antecedentes necesarios para formalizar la investigación y lograr que el tribunal decrete la máxima medida cautelar que contempla nuestro ordenamiento jurídico como es la prisión preventiva del imputado.
No obstante ello, un grupo de personas apostadas en las afueras del tribunal, inexplicablemente arremeten en contra del fiscal y oficiales de la policía, al parecer motivados por un error confundiendo “el plazo de investigación de cinco meses con una supuesta condena de cinco meses”.
2.- A propósito de lo anterior, nos preocupa la seguridad personal de los fiscales en el ejercicio de sus funciones, la que ha demostrado ser insuficiente a pesar de los continuos requerimientos a nuestras autoridades superiores con el fin de mejorar la seguridad de quienes nos desempeñamos a diario en los tribunales de justicia, llevando causas complejas con la consiguiente exposición de nuestra integridad física y psíquica.
A pesar de los años de implementación que lleva la reforma procesal penal en nuestro país, no hemos avanzado de manera suficiente para evitar situaciones como la ocurrida el pasado lunes 29 de enero, pues exponer la propia integridad física o incluso la vida de los fiscales, está muy por sobre las exigencias asociadas al ejercicio de nuestra misión constitucional y legal.
3.- Finalmente, reflexionamos sobre el fundamento de situaciones como ésta y lamentamos advertir que estos hechos son el reflejo de la rabia y frustración latente de nuestra sociedad, que ante el más mínimo estímulo, -imaginario como en este caso-, descarga la furia sobre quien sea que esté en frente, sin importar que, como en este caso, se trate de quien representa sus intereses.
