¿Dónde quedó la flexibilidad?
Cuando en el país estamos en plena discusión sobre cómo las empresas implementaremos la primera fase de la ley de las 40 horas -para reducir en 1 hora la jornada de trabajo semanal-, cabe cuestionarse si estamos logrando entender el porqué de un futuro laboral más flexible y con menos horas trabajadas.
Habiendo avanzado ya ampliamente en materia regulatoria, con la entrada en vigencia de la ley de conciliación de vida laboral, familiar y personal, y una normativa protectora hacia las personas que son cuidadoras, queda en evidencia que la flexibilidad y los modelos de trabajo híbrido son necesarios. No sólo para los colaboradores, sino también para las empresas, porque a la larga es una apuesta por mejor salud mental, retención y atracción de talento.
De acuerdo a datos propios, el modelo de trabajo ya se encuentra dentro de las 3 primeras razones por las que los chilenos eligen una oportunidad laboral. Asimismo, el 61% considera que la flexibilidad ha mejorado su salud mental. Más allá de la forma en que las empresas adopten la reducción de la jornada laboral en 1 hora menos, la flexibilidad debería ser el norte que guíe su adaptación.
Mientras en Chile más de un millón y medio de chilenos trabajan más de 46 horas semanales, según el último Boletín de Empleo Trimestral del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), países OCDE como Finlandia, Bélgica e Islandia trabajan 35 horas semanales, en promedio, al mismo tiempo que dan lecciones en flexibilidad laboral, con iniciativas como la posibilidad de trabajar desde la casa para atender asuntos personales, la reducción específica de horarios para personas con hijos pequeños y otras acciones para ayudar a las personas a conciliar mejor trabajo y familia.
Rocío Robledo
Country Manager WeWork Cono Sur