A dos años desde el 18 de octubre, señalamos lo siguiente:
1. La democracia siempre será el mejor sistema con que las sociedades se organizan, pues garantiza un mayor respeto a los derechos humanos, a la determinación o voluntad de los pueblos y a que las demandas internas sean exigidas, tratadas y satisfechas, entre otras condiciones fundamentales para vivir. Como partido político que cree en la paz, los derechos sociales y la libertad, siempre adheriremos y trabajaremos por ella.
2. El 18 de octubre es una fecha donde debemos reflexionar sobre las demandas postergadas de un país y una nueva forma de organizarnos, siempre en democracia. Una ocasión donde debemos rechazar la violencia de agentes de Estado contra manifestantes -condenada por 5 informes de organismos de derechos humanos en el mundo- y oponernos a esa mirada del Presidente Sebastián Piñera, quien declaró estar en guerra contra su propio pueblo. Queremos destacar la labor realizada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos y su Director, porque sin el trabajo de dicha entidad, el país no habría conocido la dimensión de la represión.
3. De la misma forma, debemos rechazar la violencia de quienes lo destrozan todo, y justifican su actuar en las demandas sociales y en la voluntad popular. Las reivindicaciones jamás pasan por afectar a cientos de pequeños comerciantes, al patrimonio que tanto cuesta conservar, a los credos y sus espacios de reunión, ni menos herir o poner en riesgo la vida de los demás.
4. Por esta razón, la Democracia Cristiana manifiesta su convicción que las nuevas formas de organización en una sociedad más justa serán propuestas al país por la Convención Constitucional, como también, por un nuevo gobierno que centre sus preocupaciones en la ciudadanía y en el difícil momento que estamos viviendo tras un estallido y la pandemia.
5. Finalmente, creemos profundamente en la vigencia de valores como la paz, la búsqueda sensata de los derechos sociales, la estabilidad nacional y la gobernabilidad para lograr un Chile mejor. Todos ellos son fundamentales para garantizar la construcción de una sociedad más justa, en donde todos se sientan parte y sane las heridas de un desencuentro que debe terminar.
Directiva Nacional
Democracia Cristiana
