1.- Tal como lo han reconocido dirigentes y analistas de diversas posturas, afirmamos que el proceso electoral interno de Renovación Nacional ha sido ejemplar y ha dado cuenta de la capacidad de gestión y de movilización que tiene el partido. Convocar a más de 11.000 personas a más de 140 locales de votación de Arica a Magallanes, pasando por Isla de Pascua y nuestro territorio insular, ha sido un trabajo de gran capacidad y que da cuenta de la vitalidad y el vigor del partido.
2.- En ese sentido, reconocemos públicamente el trabajo realizado por el H. Tribunal Supremo del Partido, quien está a cargo del control y conducción del proceso, dando plenas garantías tanto en la preparación, en la definición de los locales, en la designación de los vocales y en el escrutinio de los votos, (por mencionar algunos) todos procesos regulados, trasparentes y abiertos a reclamaciones por parte de los dirigentes y militantes, como corresponde en un partido respetuoso de la legalidad y el debido proceso.
3.- También, reconocemos públicamente el trabajo de implementación del proceso, que recayó en el dirigentes regionales, distritales y comunales; en encargados regionales y de local; en vocales y apoderados; y, por cierto, en la Secretaría General y sus equipos. La suma de cientos de voluntades, horas de trabajo y esfuerzos han permitido una implementación inédita para el partido, que ha tenido una cifra récord de locales de votación y la innovación de implementar la elección de la JRN en todos los locales de Chile.
4.- Consideramos totalmente desafortunadas e inoportunas aquellas declaraciones que se refieren negativamente al proceso. Primero, porque desconocen las atribuciones de los distintos órganos involucrados y afrentan el trabajo del Tribunal Supremo y la Secretaría General, en sus respectivos roles de control y de apoyo a la implementación. Segundo, porque no dan cuenta de la realidad, en cuanto cada uno de los pasos ha sido conocido y susceptible de ser controvertido por las distintas listas y candidatos, cuestión que en los hechos ha pasado. Y tercero, porque las declaraciones dañan al partido, cuyo prestigio debe ser custodiado y protegido por todos.
DIRECTIVA NACIONAL
