Chile atraviesa por una crisis, la cual ha estallado como respuesta a una acumulación de hechos que
la ciudadanía interpreta como una absoluta desconexión de la clase política y el empresariado con la
población. Esta desconexión se expresa en una deficiente seguridad social, una educación segregada y
clasista, pensiones empobrecedoras, corrupción y servicios básicos mercantilizados al nivel de ser
inaccesibles para la gran mayoría de los ciudadanos.
En este contexto, promovemos y respaldamos toda acción de expresión social la cual, garantizada por la
constitución, permite a los ciudadanos demostrar públicamente su disconformidad y desesperanza.
Condenamos los hechos delictuales y vandálicos, los cuales ejercidos por una nimia fracción oportunista,
derivan en mayor inestabilidad y dolor para la población, así como también condenamos la violencia
represiva comandada por las autoridades del Estado, siendo estas últimas las encargadas de mantener el
orden pero por sobre todo de proteger a todos y cada uno de los ciudadanos. Creemos que tanto la violencia
como la represión distancian a los componentes de la sociedad y no favorecen al diálogo.
Instamos a las altas autoridades del país a revisar las medidas tomadas con el fin de atender la crisis, puesto
que consideramos que el establecimiento del Estado de Emergencia y la restricción de las libertades de
expresión sólo contribuyen de forma tenue a la restitución de la tranquilidad social, dando más bien señales
de una democracia debilitada.
Junto con nuestro profundo dolor por todo cuanto ha sucedido, hacemos énfasis en nuestro llamado a la
calma y al diálogo, a reflexionar en el Chile que queremos construir, donde no sobra nadie y todos tenemos
algo que aportar.
Queremos que se haga más amplio el diálogo y que surjan nuevos actores que refresquen la discusión para no
volver a cometer los mismos errores. A esto convocamos a todos y cada uno de los sectores sociales y
políticos.
Reiteramos nuestros sentido llamado a las autoridades, el empresariado y a todos los chilenos para que con
un renovado sentido de la fraternidad, la tolerancia y el realismo, retornemos al diálogo para encontrar los
caminos que, atendiendo al justo dolor del pueblo, devuelvan la dignidad y el bienestar que todos quienes
vivimos en Chile demandamos.
Angelo Cares R. Gran Maestro
Guillermo Urquizar C. Pasado Gran Maestro
